EL EQUILIBRIO ESPERADO

La disposición abierta y democrática del acto por el 106 aniversario de Tres Lomas, la noche de un domingo que amenazón con lluvia pero el "agua no llegó al río", los pibes de la banda Suarence, Marcela Morelo que la remó para gustarle a todos , los patios de comidas típicas, las academias locales y el desfile de las reinas, fueron la sustancia del festejo.

Hacía muchos años, es mas, creo que nunca, la cantidad de gente que se dio cita fue impresionante: algunos entendidos en metros cuadrados por persona hablan de 4500, otros de 6000. De cualquier manera no dejaremos en manos de las matemáticas una fiesta popular tan contundente como esta: había mucha y disfrutando.

Excelente el trabajo de cultura en todos los aspectos, garantizando una fiesta ágil y una convocatoria que no fue solo un slogan: "Tres Lomas para todos". Había algo más en el ambiente, un sentimiento de libertad recuperada, de no sentirse vigilado, de disfrutar sin culpa ni cargo, de alegría comunitaria.

Pero lo que mas me llamó la atención, es que aunque estuvo presente el Ministro de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, Quartango y el director del SPAR Viñales, que firmaron importantes convenios de inicio de obra en horas de la tarde, con conferencia de prensa mediante, ninguno de ellos y tampoco el actual intendente Municipal habló en el acto popular.

Y esto tiene un responsable: Se llama Roberto Alvarez, que no cedió a la tentación de "utilizar" el microfono ante tanta gente para anunciar nada. El micrófono estaba allí, pero él solo saludó a todos, entregó algunas flores y sonreía con ganas.

Viniendo de otro gobierno donde el uso y abuso del micrófono en cuanta oportunidad hubiera, el testimonio del intendente actual fue digno de un hombre que comprende su rol, entiende los cansancios y las expectativas de su comunidad y mantiene contra viento y marea, contra consejos contrarios incluso, un digno perfil bajo en estas ocasiones.

Por otra parte, escucharlo en el acto formal del día martes 7 de Febrero, desglosando un discurso que sin olvidar los orígenes se adentró en la política pura y llana, nos hace ver, que no hay inocencia política, sino un uso de los tiempos, espacios y momentos que lo dejan siempre bien parado. Y a la gente-propios y ajenos- contentos. Un equilibrio no tan sencillo de lograr.