El Ferrocarril Oeste fue creado como todas las lìneas fèrreas en este paìs, por medio de capital Ingles y trabajo de inmigrantes. Las mismas estaciones, arquitectónicamente hablando, son prueba fehaciente de esto.
A Tres Lomas llegò a principios del siglo XX, cuando una vez expulsados los pueblos nativos, las oligarquias terratenientes se apropiaron de los espacios por donde la “modernidad” tenderìa sus rieles.
Asì se hizo, igual y sistemàtico en todo el paìs, generando un trazado en forma de abanico, cuyo vértice serìa el puerto de Buenos Aires.
Los ferrocarriles financiados y diseñados por los Ingleses fueron pensados en funciòn de los intereses nacionales de ellos y no de los nuestros, por eso la forma que adoptan en Argentina, propicia para “sacar” de la pampa hùmeda los productos agropecuarios con destino a Europa.
Si comparamos la red ferroviaria de cualquier paìs Europeo con la nuestra, veremos la diferencia. Ellos los diseñaron aptos para integrar regiones, pero aquì este aspecto no fue tenido en cuenta, simplemente se trazaron como una prolongación de sus propias necesidades: un ferrocarril que penetre rapidamente en la regiòn pampeana, cargue los productos y los exporte hacia su propio continente.
Por eso nuestro sistema ferroviario nunca integrò regiones y de esa forma-aùn con 48.000 km de vias- los puntos cardinales nacionales, quedaron aislados entre sì, solamente unidos por un nudo: El puerto de Buenos Aires.
Los pueblos surgidos en estos ramales (Tres Lomas es uno de ellos) se ubicaban aproximadamente cada 15 km, posibilitando de esa forma la recarga de agua para las locomotoras a vapor. Cuando el Gas Oil reemplazò la energìa del carbòn, estos pueblos fueron replanteados en su existencia misma, condenandose a muchos de ellos a la desapariciòn (el tren ya no paraba).
Otros languidecieron y hoy son solo una sombra, otros resistieron para simplemente mantenerse y solamente en unos pocos casos y por otras cuestiones geopolìticas; algunos crecieron.
No obstante estos conceptos, que no son otros que los que realizan en libros consagrados, autores como Raul Scalabrini Ortiz, Norberto Galasso y Julio Irazusta, el ferrocarril potenciò el crecimiento del paìs agroexportador en aquel momento històrico que podemos prolongar siendo generosos, hasta el año 1960.
Su nacionalización a manos del Peronismo en 1948 significò, que esa palanca fundamental del desarrollo de cualquier paìs pasara ahora a manos del Estado, generandose una polìtica de promoción sin precedentes, permitiendo tarifas realmente populares, aunque sin poder modificar el “error de origen”: un ferrocarril que no integraba las regiones del paìs y que concentraba su “cabeza” en la ciudad-puerto.
En cada pueblo, el tren era sinònimo de vida, por la actividad econòmica generada y porque los trabajadores del ferrocarril eran muchos y muy reconocidos, siendo el cargo de Jefe de Estación, uno de los mas importantes. Los muchos clubes que tienen ese nombre en pueblos como el nuestro, constituyen una muestra clara del potencial que los ferroviarios tenìan en cada comunidad.
El Club Ferrocarril Oeste de Tres Lomas, fundado a mediado de la dècada del 40, conociò su esplendor durante los dos primeros gobiernos Peronistas y de hecho creò su propia casa, amplia y confortable para toda la familia ferroviaria.
Su esplendor se apagò, lentamente su potente luz fue menguando, sin que existieran gobiernos que pudieran revertir esta tendencia, al contrario, después de la dictadura, la dupla Alfonsìn-Menem, pulverizò toda esperanza.
Allì quedaron las estaciones, como càscaras vacìas o en el mejor de los casos utilizadas para algún emprendimiento que no revierte el problema de ausencia del tren.
Pintura, algún parque, un paseo , alguna maestra o profesor con sus alumnos explicando la memoria oral del tren y nada mas. Pero es precisamente esa memoria la que debe resistir. Mucha gente lo ha hecho con conciencia de su importancia, incluso vecinos de Tres Lomas se han movilizado para que esta servicio no se pierda. Tambièn en la zona, todos recordamos las denuncias del concejal Justicialista por el distrito de Salliquelò, Rubèn Mitre, planteando con claridad, pero en soledad, la depredaciòn de durmientes y rieles, durante los años 90.
Defender la idea y recuperar el Ferrocarril es hoy una tarea pendiente, no para volver al pasado, sino para que se convierta nuevamente en una palanca movilizadora de nuestras economìas, que deje de servir solamente a una empresa monopòlica y que vuelva a ser “andamio y riel” del pueblo Argentino.
Y esto tambièn es aplicable a su club entre nosotros: Ferrocarril Oeste. Defenderlo, es la forma “local” de defender el ferrocarril, velando por su casa colectiva que hoy pide ayuda. ¿De què sirve la pintura sobre la vieja estación si el club que surgiò al calor de ella, se siente discriminado?
Por eso considero parte de la lucha ferroviaria, la denuncia realizada por la entidad “verde” en solicitada al semanario La Prensita y dirigida al gobierno comunal: “Una vez mas y como tantas otras nuestra querida institución no figura entre la lista de agraciados” y mas adelante: “Creemos ademàs que el motivo de no haber cedido nuestro campo de deportes al municipio ante la gestión de nuestro intendente al Sr presidente y miembros de comisiòn es el resultado de la falta de apoyo de nuestro municipio”
Es una solicitada sentida, hay “sangre” ferroviaria en ella y se nota.
Es una solicitada valiente, porque realiza una denuncia concreta que habrà que investigar para que no haya “hijos y entenados” tambièn a nivel institucional.
La frase final que elijo para ilustrar el caso, dice: “El que no lucha, se estanca como el agua, y el que se estanca, se pudre.”.
El Club Ferrocarril Oeste de Tres Lomas, ha decidido luchar y no estancarse.
Que suene el silbato del tren y que “el cambista” de turno se haga cargo del pedido del club para ser tratado como una entidad mas de los treslomenses , encontrando la mejor “vìa” para generar igualdad institucional entre nosotros.
Salud Ferroviarios.
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