domingo, 28 de septiembre de 2008

LO QUE QUISIERON MATAR EN LOS 70: LOS IDEALES DE LOS MAS JOVENES




Especial para La Opinión. Publicada el Domingo 28 de Setiembre. Pàgina 4
Por Guillermo Donari *

El 16 de setiembre se conmemoro una vez mas, el acontecimiento llamado “La Noche de los Làpices”, considerado para el sistema educativo de la Provincia de Buenos Aires el “Dia de los derechos del estudiante secundario”.

Esta película que se basò en el libro del mismo nombre (ambos de 1986) y escrito por Maria Seoane, refleja el secuestro, tortura y desapariciòn de varios estudiantes secundarios en la ciudad de La Plata, sucedido en 1976, la mayorìa de ellos militantes de la UES (Uniòn de Estudiantes Secundarios), uno de los frentes de masas de la organización Peronista “Montoneros”.

Todos ellos habìan participado de las movilizaciones a favor del “Boleto Estudiantil Secundario” que tuvieron lugar en esa ciudad en 1975, bajo el gobierno constitucional de Isabel Martinez de Peròn.

El film que ha penetrado con eficacia en todas las escuelas medias, enfatiza sobre la “denuncia” de la represiòn ilegal de las Fuerzas Armadas que aplicaron en todo el territorio nacional el Terrorismo de Estado y por lo que fueron juzgadas en el gobierno de Raùl Alfonsin.

Podemos decir, que desde su estreno, esta película se ha transformado en un recurso didàctico al que apelan muchos docentes, e incluso, ha existido siempre una interesante demanda de la sociedad en su conjunto para verla. De hecho, recientemente, se presentò para su venta, en formato DVD, en los quioscos de todo el paìs y a un precio muy accesible.

El modelo de denuncia que realiza, si bien, fue útil en la transición democràtica, hoy ha perdido su fuerza original y aparece incompleta. .
Se corre el riesgo que estas jóvenes vìctimas de la represiòn sean “entendidas” por alumnos y pùblico en general, solo desde un punto de vista estrictamente ètico (el no a la violencia, a la tortura, a la desapariciòn y la muerte), pero la película no alumbra con la suficiente claridad la situación històrico-polìtica que permita comprender mejor lo sucedido.

Es sumamente valorable la condena ètica a los crímenes de “lesa humanidad” del estado terrorista, pero comprender esa època, darle contenido a esas militancias, exigen algo mas.

Hay en el film, una marcada muestra de “apoliticismo” en esos jóvenes, todo lo contrario a lo que realmente sucedia, muestra una divisiòn demasiado aniñada entre “buenos” y “malos” dejando a la sociedad como espectadora de lo sucedido y de alguna manera “paraliza” si previamente no existe un trabajo de puesta en contexto.

Es decir, si no hay “sustancia” històrica y acontecimientos polìticos, tanto internacionales como nacionales, la película “detiene”, en lugar de promover ciudadanos comprometidos y “atemoriza”, en lugar de propiciar la movilización tambièn en estos tiempos.

Es necesario entonces, en la escuela principalmente, pero tambièn en la sociedad toda, transformar la “denuncia” formulada, en un acto de comprensión històrica y polìtica, sin detener la búsqueda de verdad y justicia, pero haciendo mas comprensible aquel proceso.

Hay que recuperar la militancia de estos adolescentes, como asì tambièn la de todos los desaparecidos, recuperarlos en su humanidad, pero fundamentalmente en su opciòn, algunos por la lucha armada como forma de llegar al poder, ante el cerrado “paisaje” participativo de entonces y una gran mayorìa en la entrega a sus actividades de base, sean estas gremiales, estudiantiles, periodisticas, intelectuales, religiosas o polìticas. Todos en la búsqueda-aùn con gruesos errores-de una patria mas justa.

Por supuesto que en este tema, siempre hay varias memorias, nunca una sola. Hay memorias “fuertes” y otras “dèbiles” y esto no siempre tiene que ver con la “verdad”; al contrario, las memorias “dèbiles” en este paìs son muchas veces las que mas se le acercan.

Pues bien, todos los años, para esta fecha, las escuelas enfrentan el desafìo de “La Noche de los Làpices” que es vivido por los chicos, con mucha màs intensidad que el mismo 24 de marzo. La desapariciòn de otros de su misma edad , con rostros que se les parecen, atrapa y conmueve a los adolescentes.

Debemos aprovechar estos momentos para trabajar con ellos, ser participes aùn hoy de la lucha simbòlica de estas memorias en conflicto, abrevar en las zonas grises, en el papel de la sociedad civil en aquellos momentos y en la relaciòn con el presente, en lo que nos sucede como naciòn hoy mismo, como un proceso que tiene continuidades.

Si “La Noche de los làpices” se utiliza solamente como “catàlogo” de aberraciones, sin una explicación del momento històrico, de las opciones polìticas, de la cuestión ideològica y de las influencias internacionales, se corre el riesgo de “secar” la memoria , y puede significar no su triunfo en tèrminos actuales, sino precisamente su derrota. Exactamente lo que no queremos.

* Licenciado en Ciencias Sociales y Humanidades con Mención en Historia

No hay comentarios: