jueves, 23 de octubre de 2008

¡QUE ALEGRIA JUAN¡




Estudiaste con nosotros en el CEPT, cuando todavía estabamos en el Club 17, corridos por las inundaciones y cobijados por los colonos del lugar. Aulas en los laterales del club, tabiques que oficiaban de paredes, estufa de leña en el aula, quematute para el baño, humareda interminable y un inmenso salòn que en invierno se convertìa en heladera.

Flaco, de pocas palabras, amigo de tus amigos sin fallarles jamàs, sencillo y tranquilo, tu pasaje por el colegio fue placentero para todos: creo que vos lo disfrutaste y nosotros los docentes tambièn.

Pertenecìas a un grupo destacado ,una mezcla de participación espontànea en las clases con una indomable vocaciòn de manifestar alegrìa. Hoy dirìa, un hìbrido, entre chicos muy queribles e “hincha pelotas”, difíciles de olvidar.

Hoy ya recibido de Veterinario y habiendo hecho tus primeras armas en otro destino, elegìs tu pueblo para instalarte.
Recuerdo viejas discusiones entre docentes y tambièn con Uds, acerca del arraigo y como definirlo. Algunos lo “ataban” simplemente al lugar donde uno vive y otros le daban al vocablo, un vuelo diferente. Asì definiamos a “desarraigados” que viven en el lugar y otros que habièndose ido (como es tu caso) jamàs arrancaron sus raìces.

Hoy volvès a Tres Lomas como profesional, pero tus raìces jamàs se fueron, o mejor dicho, las llevaste con vos a todos lados, que es una forma de llevarnos a todos: tu paisaje, tu gente, tu memoria, tu pueblo.

Fui tu profesor de Ciencias Sociales durante 5 años y lo pasè muy bien con vos y tu grupo. Por todo esto es que me alegro mucho querido JUAN CASADO, de que estès aquì.
Vaya un gran saludo tambièn para tus viejos a los que tantas veces visitamos durante tu cursada. Deben sentir por vos un enorme orgullo. El mismo que yo siento. Mucha Suerte. Grillo.

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