Eran las 19,50 del sàbado. Nelba Farias mirò incrèdula las no mas de 30 personas presentes en la casa de su hermano “Pocho” para iniciar la marcha recordatoria de los 5 años de su dudosa muerte.
Comenzò a hablar con un nudo en la garganta y làgrimas en los ojos.
-Yo les quiero pedir disculpas a todos ustedes, pero necesito saber si quieren seguir con las marchas, porque miren…somos muy pocos. No sè que hacer, quizàs haya que finalizarlas. No se…
Entre los 30 presentes, habìa de todo, un variopinto de representaciones, pero escaso en nùmero.
Un obrero del frigorifico lo puso en blanco sobre negro con simpleza: “Hay que seguirlas, nos tenemos que ayudar entre todos, hoy por mì y mañana por tì, nos pudo pasar a cualquiera”.
Integrantes del Movimiento de Derechos Humanos dijeron: “Mientras vos desees hacerlas, estaremos junto a vos”. Un viejo militante peronista dijo: “A mi nadie me obligò a venir, vine por mi conciencia”
Muchos otros callaron, pero su asentimiento ante las palabras escuchadas, generò el consentimiento para la continuación de las marchas.
Ella dijo.-Les agradezco mucho, seguiremos con ellas, yo no quiero incomodarlos, pero seguiremos. Y se aventurò a la calle con su pequeño cartel hecho en cartòn corrugado.
Los primeros pasos fueron captados por las càmaras, que acompañaron durante todo el camino y le hicieron una nota en el trayecto.
Se comenzò a aplaudir en el final de la segunda cuadra transitada y ya no se parò hasta la misma Iglesia, destino final de la marcha.
A medida que se avanzaba entre aplausos y gente que miraba la manifestación, sentì que en realidad, la marcha misma incomodaba a muchos y que la presencia escasa en nùmero, podìa no serlo tanto en conciencias de la gente. ¡Iluso de mi me dijo una compañera¡ (con otras palabras).
La marcha fue ocupando el medio de la calle, parecìamos muchos por momentos, pero eramos los mismos. La primera parada fue en la esquina màs cèntrica: Monteverde y Juan Bautista Alberdi. Allì los aplausos llenaron el aire y no hubo nadie que no se “mirara hacia adentro”, allì sentì otra vez que eramos muchos mas los que marchabamos, allì percibì otras incomodidades (no las que temìa Nelba). Bienvenidas. Asì comienzan los cambios.
La marcha parò luego 30 segundos frente a la casa del actual mandatario comunal y 2 minutos frente a la Comisarìa, donde Nelba Farìas nos propuso algo en voz alta.
- La pròxima quiero que sea el 31 de diciembre, a la misma hora. Ese dìa cumplirìa años Pocho. Se charlò unos momentos y se acordò entre todos, convocar a mas gente.
Ya en el final la hermana Clemencia recibiò a los marchantes , mientras el padre Carlos Aribe oficiaba misa. Nos invitaron a pasar y varios lo hicieron, fue un lindo gesto. Me asomè brevemente y entre cànticos, sentì que quizàs el Jesús Històrico, el crucificado a los 33 años por ir contra los poderes de su tiempo, hubiera tenido ganas de bajar de su cruz y charlar de Pocho.
1 comentario:
Estoy siguiendo el reclamo por la muerte de Pocho Farías y no puedo menos que manifestar mi asombro por algunas cosas.
Todas las veces que solicité ifromación sobre las causales de este horrendo crimen sólo encuentro evasivas ¿Cómo es? ¿De "ESO" no se habla?
Quedé estupefacto al leer una declaración de un policía que lanza como mensaje algo así como que "La justicia ya se expidió" o sea invitandonos a archivar en el baúl de la memoria un crimen. ¿Y si la Justicia se expidió mal, como ocurre a menudo?
Leo que es poca la gente que asiste a las marchas para solicitar esclarecimiento de este horror, mucha menos que por reclamos de "seguridad" o por los piquetes sojeros
La verdad, vamos mal. ¿Puede ser que una marcha por robos y hurtos mueva más gente que un asesinato? ¿Puede ser que un reclamo por la renta agropecuaria convoque muchísima más gente que el pedido de justicia por la muerte de un ser humano?
¿Puede ser que en un pueblo chico "donde nos conocemos todos" no se pueda esclarecer un crimen? ¿Qué queda entonces para las grandes urbes?
Muchas veces la gente del interior se regodea diciendo que en el pueblerío todavía se vive mejor y sin tanta violencia como en las grandes ciudades. Lamentablemente hay pésimas noticias para Tres Lomas: Un crimen impune en un pueblo de 6.000 habitantes equivale a que en capital y el conurbano, que totalizan unos 12 millones de almas, hubiera 2.000 asesinatos sin esclarecer. 2.000 Pochos Farías clamando justicia...
Lo grave es que la impunidad es como la humedad de cimientos. No se la ve. No se la siente. No se la percibe. Pero avanza y en medio del silencio y la invisibilidad ocupa cada vez más espacio.
Lo grave es que la humedad de cimientos puede ser tratada, pero hasta ahora no se han descubierto mecanismos para contener el manchón de la impunidad, salvo, por supuesto, el esclarecimeinto de los crímenes.
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Mi blog:
www.tirandoalmedio.blogspot.com
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