jueves, 15 de enero de 2009

EL PELIGRO DE LOS "GHETTOS" SIMBOLICOS


Los Ghettos fueron utilizados previamente y durante la Segunda Guerra Mundial, por los Nazis. Eran barrios cerrados, donde los judìos tenìan que vivir obligadamente, sin poder traspasar esa frontera.
Existieron tanto en Alemania como en los paìses conquistados por Hitler ,cerca de 400 ghettos. Significaban la esencia del racismo, la intolerancia , la segregación y la discriminación mas atroz que se recuerde.

Constituyeron en la mentalidad de los seguidores de la “raza aria” la forma en que podìan “controlar” a los judìos, a quienes culpaban de todos los males de su paìs.
Fueron un paso intermedio, hasta la llamada “Soluciòn Final”, donde los ghettos fueron trasladados a los Campos de Concentración , como dispositivo sistemàtico para la muerte.

Hoy me interesa particularmente profundizar en el análisis de los Ghettos, de esos barrios de judìos marcados, siempre cerrados (muros, alambre de puas, rejas, portones), siempre atestados (el hacinamiento y sus consecuencias mataron a muchos antes de llegar a los Campos de Concentración), siempre el hambre y el mal trato (como forma de reducir a la persona a su mìnima expresión de humanidad), siempre controlados (como manera de mermar la capacidad de razonamiento y elecciòn que nos hace humanos).

Dentro de los Ghettos, el elemento en el que quiero enfocar la mirada es el de la “MARCA”. Es decir que no solo los judìos debìan vivir en el ghetto, sino que sus domicilios y hasta ellos mismos tuvieron que soportar un ”sello” que los identificara. Al respecto se les exigìa que usaran insignias y brazaletes con la clàsica estrella de David de seis puntas.

Quien no llevaba y aceptaba la “marca” era golpeado por los administradores del ghetto y castigado con peores condiciones de vida . Los domicilios y comercios dentro del ghetto, tambièn llevaban sus marcas: la estrella se repetìa, pintada a mano brutalmente o simplemente en la pared de la casa, la palabra clave: “Judio”.

Esta fue, sin dudas una de las cuestiones del Siglo XX, que puso en jaque a la “razòn”, que parecìa conquistada para siempre pero que mostraba otra “hebra”: el avance tecnològico al servicio de la destrucciòn, el racismo en su màxima expresión, la discriminación planificada, la intolerancia promovida, la segregación sin tapujos y en el final la muerte como tecnología de desapariciòn del “otro”.

La humanidad luego aprendiò (aunque no lo suficiente) porque todavía en muchos lugares del mundo pasan cosas parecidas: ¿Què es la Franja de Gaza, sino un gran ghetto Palestino? ¿Y la marginaciòn sufrida por inmigrantes ilegales tanto en Europa como en Estados Unidos?.¿Y nuestros propios ghettos Argentinos, travestidos de mil formas?

La resistencia conciente, la lucha ideològica clarificadora y la tenacidad polìtica para luchar por sociedades mas abiertas y democràticas , seràn los componentes con los cuales protegernos en el presente.
Tambièn entre nosotros-y sin establecer comparaciones que serìan ridìculas-pueden existir discriminaciones y segregaciones que dejamos pasar con apatìa, como si nada importante estuviera en juego.

Tambièn aquì y ahora, pueden estar presentes las “marcas”, no en forma de estrellas de David ni leyendas en las paredes, pero sì verbales o escritas y con profunda fuerza simbòlica. No solo porque existe quien "recibe" la marca (esto es real), sino que el mensaje es hacia quien "puede recibirla " en el futuro (esto es simbòlico). Es un còctel que invita a la inmovilidad y a paralizarse, precisamente lo que no hay que hacer.

No hay “marca” que no “acuñe su estampilla” y eso genera acostumbramiento en los obsecuentes y resentimiento en quien es victima.
La forma de cortar de raìz con todo intento de “ghettizar”, de “señalar”, de “marcar”, no es otra que defender la libertad que nuestras leyes garantizan, desnaturalizando esas pràcticas, por subliminares que estas sèan, porque en ellas radica el gèrmen de quienes se sienten superiores a los demàs.

No aceptar actitudes “ghettizantes” en el aquì y ahora es tarea cotidiana, que no existan señalamientos ni persecuciones, que podamos entre todos construir una sociedad verdaderamente democràtica, sintiendo que “el otro” si bien es diferente a mì, es al mismo tiempo igual ante la ley y por lo tanto tiene todos los derechos que yo tengo, entre ellos el de pensar distinto y decir lo que piensa.

Cualquier “filigrana”, cualquier “marca”, cualquier “sello”, que menoscabe la libertad de expresión de las personas, que avasalle su intimidad y ponga en riesgo sus derechos como ciudadano, no hace mas que retroceder el presente a pàginas terribles de la historia.

Por suerte, las sociedades, labran siempre la utopía de ir hacia adelante. El arado sigue marchando.








2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es muy buena tu nota Guillermo. Nos despabila y nos alerta. Si esta marca como vos decís,sufrida por un comercio de la localidad, queda en la nada,perdemos todos.Realmente te felicito.

Anónimo dijo...

yo n o se si hablaria de ghetto, es gráfico si, pero desmedido. Lo q queda claro es q el ejercicio del poder q hace esta gente es terrible. Y la inercia y la decidia del resto tabmien.