LA MESA DE ENLACE Y TARTAGAL: ¡CUIDADO¡

La Mesa de Enlace esperò que hablara la presidenta. Lo hicieron sabiendo que se les venìa lo de Tartagal encima y asì fue. Cristina Fernandez no dejò pasar la oportunidad para hablar sobre lo observado en el sitio (me gustò verla allì, mojada, desarreglada y sin maquillaje).
Dijo que habìa visto una vez mas la extrema pobreza, “estructural” le llamò ella, para diferenciarla de la “nueva pobreza”, los pauperizados en los 90. Esa pobreza “estructural”: abuelos pobres, padres pobres, vivienda pobre, oportunidades pobres, escuelas pobres, ideas pobres, es la que se mostrò nuevamente en Tartagal, donde el embravecido rìo, otrora sofrenado por los bosques nativos, ahora se desboca producto de la tala y los “pasa por encima”, a ellos, a los pobres que viven precariamente en sus riveras.

Dijo Cristina que no se explicaba como muchas organizaciones empresariales no veìan que habìa que colaborar a erradicar esta pobreza y que para ello tenìan que hacer el aporte necesario, dejando de percibir rentas extraordinarias (que las tuvieron y mucho), colaborando en la redistribuciòn.

Entonces, la Mesa de Enlace no tuvo otro remedio que levantar las medidas de fuerza. Hubiera sido “políticamente incorrecto” sostenerlas, cuando los medios de comunicación (sus socios de fierro si los hubo) estaban mostrando los desastres “naturales” que la acciòn irresponsable de los hombres provocaron (aunque esto ùltimo no se explcitaba)

Pero a pesar de los discursos armados para la ocasión, explicando que “ante la magnitud del desastre”, ellos colaborarìan levantando la medida de fuerza, la contradicción asomò inevitable.
Es simple: no desaparece la pobreza estructural cuando los efectos de Tartagal se amenguen, no desaparece la marginaciòn y la exclusión de los que nada tienen (algunos porque lo perdieron todo, otros porque nunca podràn tener), no desaparecen no solo en Tartagal, sino en el paìs todo, no desaparecen porque aùn no estan dadas las condiciones para que desaparezcan: un estado que comprenda y asuma su rol plenamente y que como herramienta polìtica y administrativa genere, promueva, haga y sostenga un crecimiento que beneficie al conjunto, sin concentraciones, un desarrollo democratizado. Y por otro lado, un empresariado (rural en este caso, pero un empresariado en general dirìa yo) conciente de que su propio bienestar dependerà siempre del bienestar de las mayorìas, una burguesìa nacional capaz de integrar a los otros (las declaraciones y procederes de los popes de la Mesa de Enlace se parece poco a este empresariado)

La discusión sobre esa contradicción debe avanzar en el discurso oficial y en todos aquellos que apuesten a una mayor distribución de la riqueza y a un paìs con oportunidades para todos.
Si levantan las medidas de fuerza (iban a ir a las rutas a “estar allì”, a “quedarse allì”, es decir que irìan a cortarlas) porque Tartagal los obligò, ahora deben obligarlos las causas de Tartagal: avance de la frontera agrícola, desmonte indiscriminado, pobreza estructural .

No debe quedar espacio para la salida elegante de la Mesa de Enlace, hay que debatir a fondo el tema de la pobreza y la concentración de la riqueza en la Argentina.
Hay que debatir a fondo el desmonte y el avance de la soja sobre esas tierras.
Hay que debatir porque los productores de la pampa hùmeda son los actores principales del avance agrícola en las provincias norteñas con monte nativo.
Hay que debatir el rol del estado, interviniendo a favor de las mayorías, aunque a las minorìas del privilegio no les guste.

Es una trampa doble ,en la que cayò la Mesa de Enlace, pero tambièn puede caer el conjunto de la sociedad bienintencionada. Si se levantan las medidas de fuerza y no van a las rutas por Tartagal, es porque no tienen que volver màs a esa protesta, porque Tartagal es el producto de causas mucho mas profundas.
Y nosotros no debemos confundirnos, la desiciòn de levantar esas medidas, no fue precisamente para ayudar a los damnificados por el desborde (que son los mas pobres y vulnerables de Tartagal), sino un paso tàctico, para mostrarse con “maquillaje” ante la sociedad.

La tarea es entonces profundizar este debate: un estado que interviene (a veces tibiamente) un gobierno que dice (es mucho mas contudente en su discurso) y una sociedad civil que desde hace 30 años ha visto como un sector de privilegiados se ha enriquecido , mientras la pobreza avanzò para quedarse.
Si por Tartagal no cortan rutas, no hay que hacerlo nunca mas. La verdadera forma de ayudar a los miles de “Tartagales” que hay en nuestro paìs, es no volver a cortar una sola ruta en el paìs. (hay otras formas de protestar). No creo que deba llamarlos el gobierno a "dialogar" si previamente en forma pùblica no descartan como patronal agraria esta forma de manifestaciòn , a sabiendas del daño que causan al resto de la sociedad cuando la medida se prolonga.

Garantizar este debate, darlo a fondo, puede ser la gran oportunidad para que la Mesa de Enlace se “desenlace” y cada entidad comience a representar verdaderamente a su sector. Para el gobierno quizàs signifique encontrar un aliado entre quienes necesitan una polìtica agropecuaria con mayor intervención y planificación del estado.
Para alguna de las entidades, la “cosecha” debiera buscarse en entenderse con el gobierno y no en convertirse en “cabeza de turco” de los Biolcatti.