Juan Domingo Perón, desde 1944 y hasta 1950, convirtió en propietarios a cerca de 10.000 familias en todo el país, colonizando-vía expropiación-mas de 1 millón de hectáreas.
Perón sostenía en repetidos discursos de la época: “El problema argentino, está en la tierra, dad al chacarero una roca en propiedad y os devolverá un jardín, dad al chacarero un jardín en arrendamiento y él, os devolverá una roca”
Magistral frase de Perón, que con su palabra simplificaba la temática sin banalizarla, la hacía comprensible para todos y surtía el efecto deseado sobre las masas desposeídas del campo argentino.
Todavía Perón no es presidente constitucional y se comienza a manejar con leyes de la “época de los conservadores” pero que en sus manos, cobran otro significado, una especie de “herramienta” que utiliza de acuerdo al interés nacional.
En esta etapa Perón se asesoró con dos expertos, ambos precursores de la Reforma Agraria. Uno abogado, Antonio Molinari, y otro Ingeniero Agrónomo, Mauricio Birabent, ambos cumplieron junto al líder que construía su ascenso al poder, múltiples tareas.
Comienzan a trasladarse por distintos puntos del país fundamentalmente la pampa húmeda, para asesorar a los arrendatarios, publican un periódico que se llamaba “Hombres de Campo” donde profundizaban en su pensamiento, utilizan los crecientes espacios radiales para comunicarse con el público explicando la convenciencia de un cambio en el régimen de la tierra y dan múltiples charlas sobre el tema en distintos puntos del territorio nacional.
Todas estas tareas le dan resplado científico a la estrategia electoral de Perón respecto al tema agrario. Uno de ellos, Antonio Molinari, escribió el libro llamado “El drama de la tierra en la Argentina”, donde desnuda en toda su dimensión la incoherencia de un sistema que privilegiaba la renta de unos pocos, por sobre el sufrimiento y la frustración de los que pugnaban por acceder a su propiedad.
Fue este abogado quien asumió en ese momento como presidente interventor del Consejo Agrario Nacional, al que Perón hizo depender inteligentemente de la Secretaría de Trabajo y Previsión, garantizándose desde el primer momento un diálogo con ese sector postergado del medio rural.
En esta etapa Perón dedicó todos sus esfuerzos a entenderse con dos actores fundamentales; arrendatarios pobres y explotados (Cuya organización gremial era la Federación Agraria Argentina, creada en 1912) y trabajadores rurales en general (a los que Perón ayudaría a organizarse con sindicato propio)
Respecto a los primeros, era imposible la compra de tierras en condiciones de mercado, de no mediar una política estatal sòlida, de allì la expropiación y luego el otorgamiento del lote-previo concurso de adjudicación- a pagar a 30 años, con un 3 % de interés anual.
En cuanto al trabajador rural, sancionó el Estatuto del Peón y sin adentrarnos en su artículado, basta otro de sus discursos combativos para entender la situación.
Corre 1944 y Perón dice: “ Este estatuto tiende a solucionar uno de los problemas mas fundamentales de la política social argentina. La situación del peón en el país es de extraordinario desmedro para los hombres que trabajan en el campo. La Constitución de 1853 abolió la esclavitud, pero lo hizo teóricamente, porque no es menor la esclavitud de un hombre que en el año 1944 trabaja para ganar 12, 15 o 30 pesos por mes. La vergüenza actual es que casi medio millón de hombres están ganando menos de 40 pesos por mes, mal cobijados, mal vestidos y mal comidos”
Sabedor de las resistencias que generaría entre la patronal agraria, no anduvo con vueltas y en conferencia de prensa del 17 de noviembre de 1944 advertìa: “Se cumplirá pese a quien le pese y cueste lo que cueste, porque es absolutamente necesario que se cumpla. Espero y anhelo que lo sea sin ninguna violencia. Es una cuestión humana en la que no se pueden hacer concesiones”
Eduardo Galeano, en su clásico “Las Venas Abiertas de Amèrica Latina” (1971) da cuenta de la tensión existente y del pensamiento ruin de los poderosos : “ Juan Domingo Perón había desafiado los intereses de la oligarquía terrateniente de la Argentina, cuando impuso el estatuto del peón y el cumplimiento del salario mínimo rural. En 1944, la Sociedad Rural Argentina afirmaba que en la fijación de los salarios es primordial determinar el estàndar de vida del peón común. Son a veces tan limitadas sus necesidades materiales, que un remanente trae destintos socialmente poco interesantes”.
Este era el pensamiento final, sostener que pagar lo justo era “promover vicios” que con un salario de explotación no se contraerían.
Por supuesto nuestra zona estuvo atravesada por esta problemática, tanto en el tema de los arrendatarios como en el de los peones. Varias intervenciones directas del estado sobre las llamadas "colonias con presión social” encarnaron la política peronista en nuestros pagos. En cuanto a los peones y el cumplimiento del Estatuto, sabía que la patronal no lo perdonaría, por eso llegado el momento de votar, en febrero de 1946, el diario Trenquelauquense “El Independiente” de tendencia Peronista, alertaba sobre las maniobras de los terratenientes para no dejar expresarse en libertad electoral a la peonada, trasladandolos a trabajar a otros campos o cerrando las tranqueras para impedir su salida.
El diario zonal y Perón contestaron. El diario lo dijo así a modo de alerta : “Los dueños de los campos cerrarán las tranqueras el día sábado y no las abrirán hasta pasada la hora del comicio el día domingo. Contra esta medida deben estar alerta los trabajadores del campo”
Perón fue mas simple y habló de la acción directa : “Trabajadores del campo, Salten las tranqueras”. Y las saltaron. Horas mas tarde, era presidente.
Perón sostenía en repetidos discursos de la época: “El problema argentino, está en la tierra, dad al chacarero una roca en propiedad y os devolverá un jardín, dad al chacarero un jardín en arrendamiento y él, os devolverá una roca”
Magistral frase de Perón, que con su palabra simplificaba la temática sin banalizarla, la hacía comprensible para todos y surtía el efecto deseado sobre las masas desposeídas del campo argentino.
Todavía Perón no es presidente constitucional y se comienza a manejar con leyes de la “época de los conservadores” pero que en sus manos, cobran otro significado, una especie de “herramienta” que utiliza de acuerdo al interés nacional.
En esta etapa Perón se asesoró con dos expertos, ambos precursores de la Reforma Agraria. Uno abogado, Antonio Molinari, y otro Ingeniero Agrónomo, Mauricio Birabent, ambos cumplieron junto al líder que construía su ascenso al poder, múltiples tareas.
Comienzan a trasladarse por distintos puntos del país fundamentalmente la pampa húmeda, para asesorar a los arrendatarios, publican un periódico que se llamaba “Hombres de Campo” donde profundizaban en su pensamiento, utilizan los crecientes espacios radiales para comunicarse con el público explicando la convenciencia de un cambio en el régimen de la tierra y dan múltiples charlas sobre el tema en distintos puntos del territorio nacional.
Todas estas tareas le dan resplado científico a la estrategia electoral de Perón respecto al tema agrario. Uno de ellos, Antonio Molinari, escribió el libro llamado “El drama de la tierra en la Argentina”, donde desnuda en toda su dimensión la incoherencia de un sistema que privilegiaba la renta de unos pocos, por sobre el sufrimiento y la frustración de los que pugnaban por acceder a su propiedad.
Fue este abogado quien asumió en ese momento como presidente interventor del Consejo Agrario Nacional, al que Perón hizo depender inteligentemente de la Secretaría de Trabajo y Previsión, garantizándose desde el primer momento un diálogo con ese sector postergado del medio rural.
En esta etapa Perón dedicó todos sus esfuerzos a entenderse con dos actores fundamentales; arrendatarios pobres y explotados (Cuya organización gremial era la Federación Agraria Argentina, creada en 1912) y trabajadores rurales en general (a los que Perón ayudaría a organizarse con sindicato propio)
Respecto a los primeros, era imposible la compra de tierras en condiciones de mercado, de no mediar una política estatal sòlida, de allì la expropiación y luego el otorgamiento del lote-previo concurso de adjudicación- a pagar a 30 años, con un 3 % de interés anual.
En cuanto al trabajador rural, sancionó el Estatuto del Peón y sin adentrarnos en su artículado, basta otro de sus discursos combativos para entender la situación.
Corre 1944 y Perón dice: “ Este estatuto tiende a solucionar uno de los problemas mas fundamentales de la política social argentina. La situación del peón en el país es de extraordinario desmedro para los hombres que trabajan en el campo. La Constitución de 1853 abolió la esclavitud, pero lo hizo teóricamente, porque no es menor la esclavitud de un hombre que en el año 1944 trabaja para ganar 12, 15 o 30 pesos por mes. La vergüenza actual es que casi medio millón de hombres están ganando menos de 40 pesos por mes, mal cobijados, mal vestidos y mal comidos”
Sabedor de las resistencias que generaría entre la patronal agraria, no anduvo con vueltas y en conferencia de prensa del 17 de noviembre de 1944 advertìa: “Se cumplirá pese a quien le pese y cueste lo que cueste, porque es absolutamente necesario que se cumpla. Espero y anhelo que lo sea sin ninguna violencia. Es una cuestión humana en la que no se pueden hacer concesiones”
Eduardo Galeano, en su clásico “Las Venas Abiertas de Amèrica Latina” (1971) da cuenta de la tensión existente y del pensamiento ruin de los poderosos : “ Juan Domingo Perón había desafiado los intereses de la oligarquía terrateniente de la Argentina, cuando impuso el estatuto del peón y el cumplimiento del salario mínimo rural. En 1944, la Sociedad Rural Argentina afirmaba que en la fijación de los salarios es primordial determinar el estàndar de vida del peón común. Son a veces tan limitadas sus necesidades materiales, que un remanente trae destintos socialmente poco interesantes”.
Este era el pensamiento final, sostener que pagar lo justo era “promover vicios” que con un salario de explotación no se contraerían.
Por supuesto nuestra zona estuvo atravesada por esta problemática, tanto en el tema de los arrendatarios como en el de los peones. Varias intervenciones directas del estado sobre las llamadas "colonias con presión social” encarnaron la política peronista en nuestros pagos. En cuanto a los peones y el cumplimiento del Estatuto, sabía que la patronal no lo perdonaría, por eso llegado el momento de votar, en febrero de 1946, el diario Trenquelauquense “El Independiente” de tendencia Peronista, alertaba sobre las maniobras de los terratenientes para no dejar expresarse en libertad electoral a la peonada, trasladandolos a trabajar a otros campos o cerrando las tranqueras para impedir su salida.
El diario zonal y Perón contestaron. El diario lo dijo así a modo de alerta : “Los dueños de los campos cerrarán las tranqueras el día sábado y no las abrirán hasta pasada la hora del comicio el día domingo. Contra esta medida deben estar alerta los trabajadores del campo”
Perón fue mas simple y habló de la acción directa : “Trabajadores del campo, Salten las tranqueras”. Y las saltaron. Horas mas tarde, era presidente.
1 comentario:
COMO LO EXPLICAS EN LA NOTA ESA FRASE DE PERON "SALTEN LS TRANQUERAS MUCHACHOS", ASI LES DIGO A LOS TRESLOMENSES, SALTEN LA TRANQUERA,DE LA OPRESION,DE ESTA DICTADURA, DE ESTA "OBLIGACION" QUE TIENEN LOS EMPLEADOS AL ACTUAL INTENDENTE, DE ESTA ESTUPIDEZ DE ESTE NEGOCIO SI O A ESTE NO, DE JUNTARTE CON ESTE SI O ESTE NO Y ASI DIVIDIR A UNA SOCIEDAD QUE ESTA HARTA DE ESTOS HECHOS, MUCHACHOS SALTEMOS LA TRANQUERA, TENEMOS LA POSIBILIDAD DE SALTARLA NO NOS QUEDEMOS, EL VOTO ES LA HERRAMIENTA, Y UTILICEMOSLA COMO LO HACE EL INTENDENTE, MOSTRANDO UNA COSA Y HACIENDO OTRA, Y LE DAREMOS UNA GRAN SORPRESA!!
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