CON LA TINTA AUN FRESCA

Alfredo De Angelis dijo el 17 de Junio de 2009 en la ciudad de Paraná lo siguiente: “Hay que juntar a los empleados de las estancias, subirlos a la camioneta y decirles a quien hay que votar”
Una vez mas, las respuestas están en la historia, no como receta, sino como proceso inacabado que aún espera su solución.

Siendo Secretario de Trabajo y Previsión, en 1944, Juan Perón sabía perfectamente cual era la situación concreta del peón rural, sometido a los caprichos del patrón de turno, carente de protección y derecho alguno.
Para solucionar este estado de cosas, dicta el Estatuto del Peón Rural y lo hace conocer también en forma ilustrada, planteando en las figuras el “antes” y el “ahora”, siendo esta última la propuesta Peronista : una ley para los trabajadores rurales, la primera que tendrían. Solo con ver esa comparación se comprendía la tragedia y también lo justo de la decisión. Esa ilustración en sí misma era una denuncia a la injusticia, porque la causa de su aparición era el analfabetismo de muchos trabajadores rurales, por eso se “dibujaban” sus derechos, para que nadie los burlara en la vida real.

En 1944, Perón se refiere a este tema diciendo: “Este estatuto tiende a solucionar uno de los problemas mas fundamentales de la política social argentina. La situación del peón en el país es de extraordinario desmedro para los hombres que trabajan en el campo.
La constitución de 1853 abolió la esclavitud pero lo hizo teóricamente porque no es menor la esclavitud de un hombre que en el año 1944 trabaja para ganar 12, 15 o 30 pesos por mes. La vergüenza actual es que casi medio millon de hombres están ganando menos de 40 pesos por mes, mal cobijados, mal vestidos y peor comidos”

La Secretaría de Trabajo y Previsión a su cargo había estudiado este tema durante casi seis meses, realizando entrevistas, viendo en territorio, de manera que lejos de ser una improvisación, aparecía como el fruto de una investigación a conciencia.
Sin embargo, previendo la resistencia derechosa, Perón en una conferencia de prensa del 17 de noviembre de 1944 decía respecto al estatuto: “Se cumplirá pese a quien le pese y cueste lo que cueste, porque es absolutamente necesario que se cumpla. Espero y anhelo que lo sea sin ninguna violencia. Es una cuestión humana en la que no se pueden hacer concesiones”
Esta situación encolerizó a la Sociedad Rural, pese a lo cual, el Peronismo lo hizo cumplir, aunque sabía que nada sería simple.
Pasado el 17 de Octubre y ya candidato a presidente, a escasos 5 días de las elecciones, el martes 19 de febrero de 1946, Perón denunciaba una maniobra en la Provincia de Buenos Aires : “ …el rumor público referente a la posible maniobra de algunos terratenientes de este distrito que no sería sino la de ejecución de un plan general a desarrollar en toda la provincia y en el resto del territorio de la república, de efectuar una movilización general de peones, trasladándolos en el transcurso de esta semana a trabajar a otros campos distantes del lugar de donde deben votar a fin de impedirles con ese procedimiento el que cumplan con sus deberes cívicos”

Y agregaba respecto a las maniobras que los terratenientes llevarían adelante: “los dueños de campo cerrarán las tranqueras el día sábado y no las abrirán hasta pasada la hora del comicio el día domingo. Contra esta medida deben estar alerta los trabajadores del campo.”
Y en el final, casi una respuesta al mismo De Angeli y su triste propuesta. Dice Perón: “Si el patrón lo lleva a votar, acepte y luego haga su voluntad en el cuarto oscuro.”

Cambie usted lector los tiempos, encarne en personajes actuales aquellas denuncias , plantee el conflicto en la campaña electoral 2009 , lea y relea las declaraciones de Alfredo De Angelis y después simplemente vuelva a “escuchar” a Perón.
Sí, descubrirá que todavía está fresco el mensaje, que su voz no se apaga y que la tinta, tozudamente no quiere secarse.