sábado, 6 de junio de 2009

"LA CODICIA QUE DILATA LAS FAUCES"


El “Martín Fierro” de José Hernández y “Una excursión a los Indios Ranqueles” de Lucio V. Mansilla, constituyen los clásicos de la llamada “literatura de fronteras”, representativos de lo sucedido en nuestra zona, donde el trazado de la Ruta 33, prácticamente coincidió con la “Zanja de Alsina”, especie de “muro hacia abajo” que intentaba detener el robo de hacienda por parte de los Araucanos.


Pero existen otros escritos , dignos de ser mencionados. Por ejemplo, el Ingeniero Francés, Alfredo Ebelot, encargado de la planificación y trazado de la mencionada zanja, escribió un interesante ensayo sobre la vida de fronteras, que lejos de constituir una zona de “quiebre” y separación, constituyó un lugar de intercambios y contactos múltiples.
Otro de los trabajos corresponde al comandante Manuel Prado y se llama “La Guerra al Malón”, un relato social e histórico que muestra una faceta interesante (teniendo en cuenta quien denuncia), respecto del destino de las tierras conquistadas en 1879.


Si bien Prado lo escribe en 1907, lo hace recordando coloquialmente, acontecimientos vividos desde su rol como protagonista directo en ese momento histórico. Cuenta su viaje desde Buenos Aires hasta Chivilcoy en el Ferrocarril Oeste y luego a caballo hasta Trenque Lauquen, Comandancia que estaba a cargo del Coronel Conrado Villegas. Allí estará Prado durante dos años, a pocos kilómetros de Tres Lomas y sin duda transitando sus tierras, realizando las campañas finales contra el indio, incluso participando en la detencion misma de Pincén.

Pero no es este el aspecto mas interesante a destacar, sino la clara referencia al reparto de la tierra de nuestra zona una vez finalizada la “conquista”, mas precisamente a las irregularidades cometidas a favor de unos pocos.
Dice Prado: “¡Pobres y buenos milicos¡ Habían conquistado 20.000 leguas de territorio y más tarde, cuando esa inmensa riqueza hubo pasado a manos del especulador que la adquirió sin mayor esfuerzo y trabajo, muchos de ellos no hallaron-siquiera en el estercolero del hospital-rincón mezquino en que exhalar el último aliento de una vida de heroísmo, de abnegación y verdadero patriotismo”

Testigo y partícipe de esa realidad, expone su visión, exagerada en patriotismo es cierto, pero muy acertada en cuanto a describir el olvido y la pobreza de los “milicos” y por otro lado, la acumulación y riqueza de los menos.
Lo dice también de otra forma: “La garra de favoritos audaces clavada hasta las entrañas del país” y mas adelante “como la codicia les dilataba las fauces y les provocaba babeos innobles de lujuriosos apetitos” hasta el punto de “maldecir la gloriosa conquista, lamentando que todo aquel desierto no se hallase aún en manos de Reuque o Sayhueque” (Sayhueque fue el último cacique Araucano en rendirse).


El relato no aporta nada nuevo a lo ya conocido, pero sí es importante QUIEN LO DICE. Es el Comandante Manuel Prado, que siendo militar actuó en esa “conquista” y sintió hasta la protesta testimoniada en su libro, la utilización que la oligarquía había hecho de los gauchos militarizados en levas forzadas. Hacerlos vivir en la vida de Fortines mugrosos, sin pagas, vestidos con harapos, olvidados y mal atendidos, para luego, una vez conquistadas las tierras, ver como ante sus narices, quienes nada habían arriesgado, las recibían en recompensa.


Una situación que en cada dictadura-con sus particularidades específicas- se ha repetido, forzando siempre a que otros hagan lo beneficioso para la clase dominante.
Hoy el relato de Prado me parece actual, porque el Terrorismo de Estado-incluso con sus imperfecciones en el devenir democrático- sigue siendo juzgado como corresponde , otro aspecto de ese mismo proceso, aún está en pañales . Desentrañar el otro terrorismo, el del “mercado”, que solo fue posible a partir del feroz proceso represivo y silenciador, es todavía una lucha recién iniciada.

El gobierno de Cristina perfila ese norte . Por eso me gusta y quiero que gane.

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