El veto de la presidenta a uno de los artículos de la Ley de Emergencia, permite visualizar varias cuestiones del dispositivo opositor : por un lado una forma de hacer política turbia y poco transparente. No es clara porque “esconde” como forma de lograr un objetivo, una especie de fachada silenciosa, simbolizada en un diputado que con cara de póquer y sentadito en la banca, esperó el error del oficialismo (imperdonable, pero subsanable).
Eso hizo don Francisco, que intenta constituirse en la defensa parlamentaria mas visible de los intereses de la Mesa de Enlace.
Muestra lo peor de la política, porque refleja lo típico de las corporaciones que quieren ejercer el poder detrás del gobierno; hacerlo en silencio, sin discursos, sin arriesgar en defensas que comprometan la palabra, sin ideologías que marquen un norte que permitan hacer visible “el modelo”, aunque por supuesto “tengan un plan”.
Muestra lo peor de la política, porque refleja lo típico de las corporaciones que quieren ejercer el poder detrás del gobierno; hacerlo en silencio, sin discursos, sin arriesgar en defensas que comprometan la palabra, sin ideologías que marquen un norte que permitan hacer visible “el modelo”, aunque por supuesto “tengan un plan”.
Sentadito en su banca y calladito la boca. Su “acierto” fue solo eso, una hilacha de la política, un pobre retazo basado en el error ajeno, pero que no fue defendido como corresponde en la cámara. ¡Pulse el botón amigo¡ ¡Pida la palabra¡ ¡Defienda y arriesgue¡ ¡Pague el costo o llevese el rédito¡. O las dos cosas, como corresponde. Jamás se construye esperando solo el error y aprovechando después rapiñar los restos de un banquete que, está visto, no les será tan sencillo de digerir.
Y la manada se movilizó ante el “olor de la sangre” , y así fue que diputados opositores, legisladores bonaerenses, algunos intendentes desesperados por cinco minutos de televisión y los avarientos miembros de la Mesa de Enlace, todos amuchados, pidieron en el Edificio Anexo del Congreso que se vuelva a escribir el artículo vetado por Cristina Fernandez.
Todos juntos “carancheaban” del error y con oportunismo buscaron aprovechar el momento, tensionar la realidad, como un intento de muscular a una oposición que en las últimas semanas se pareció más a un fantasma que a otra cosa.
Los hubo Macristas Neoliberales, Peronistas Disidentes de Perón, Radicales Clásicos y miembros de la amorfa Coalición Civica los que formaron la llamada “Mesa del Consenso Agropecuario” (otra mesa más). A estos hay que sumarles algunos intendentes (no muchos) de los 37 distritos bonaerenses que se favorecían por la medida de eliminación total o parcial de las retenciones en esos territorios.
Hubo muy pocos, pero los mas duros con Cristina Fernandez y su gobierno, tanto nacional como provincial, fueron los intendentes de Necochea, Puan, Saavedra, Pringles y TRES LOMAS.
Ya se sabe, hay quienes se atreven solo en manadas (Como en Discovery, cuando un Ñu herido cae, allí están las hienas, chacales y buitres para el banquete). Se dispersan solo con los leones.
Cristina no tiene melena, pero vetó y mantuvo coherencia como una verdadera Amazona. Habrá que estar mas atentos desde el gobierno, principalmente sus legisladores , porque está visto, que el silencio de algunos oculta engaños deleznables y el oportunismo de otros no tiene límites. Pero como en política nada es gratis, al mismo tiempo deja ver flaquezas y debilidades que ninguna campaña millonaria, ni dispositivo mediático amable, podrán ocultar para siempre.
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