La muerte de Seineldín ha provocado la escritura de varios post de blogs amigos, donde la mirada va un poco mas allá de la condena y el todavía vigente reclamo de justicia, por la violación sistemática de los Derechos Humanos protagonizada por las Fuerzas Armadas durante la última dictadura militar.
No es eso lo que está en discusión en varios de estos post, sino algo más. Pero primero aclaremos los tantos. Los culpables de las violaciones a los derechos humanos deben ser castigados por sus crímenes de lesa humanidad por la justicia.
También esto es lo que las notas a las que me refiero, dejan en claro, sin generar la menor duda al respecto . Pero aún así, se animan a plantear otras cuestiones, relacionadas con el rol que las Fuerzas Armadas debieran tener en el futuro para consolidar un modelo emancipador.
El rol de las mismas en un proyecto nacional no debe ser desestimado, aunque es evidente que desde hace ya mucho tiempo, se dificulta esta cuestión, porque el divorcio con el pueblo ha sido contundente y no ha alcanzado con lo dicho como arrepentimiento por parte del ejército, para reconstruir el puente que no debió ser roto nunca. Esto es aún una materia pendiente, que solo un ejército comprometido con su pueblo y no gendarme de él, puede rendir exitosamente.
Hace falta: autocrítica severa y fundamentalmente verdad y justicia. Sólo eso podrá generar, trabajosamente una nueva confianza y con ella, la posibilidad de compartir el proyecto de la patria y su pueblo.
Pero aún con estas limitaciones señaladas, es importante comenzar a pensar, cual será la política que un gobierno nacional y popular debe tener hacia las Fuerzas Armadas.
Recurro para manifestar mi propio pensamiento a un libro poco conocido de don Arturo Jauretche, llamado “EJERCITO Y POLITICA. La patria grande y la patria chica”.
Es cierto que está escrito a principios de los 60 y que luego la Argentina conoció la llamada “Revolución Argentina” de Onganía-Levinston-Lanusse y después de ese momento mágico que fue el regreso de Perón, la mas negra de las noches: el llamado “Proceso de Reorganización Nacional” de Videla-Viola-Galtieri-Bignone.
De cualquier manera, lo escrito por este intelectual del campo nacional y popular, sigue teniendo vigencia.
Selecciono solo un párrafo, intentando reflejar el espíritu del libro y tratando de generar la curiosidad necesaria para rescatarlo del olvido (hay pocos ejemplares de él).
“ Al establecer las relaciones entre política y ejército, en nuestro país, no pretendo hacer un juicio; constato simplemente una realidad: que las Fuerzas Armadas han sido un factor siempre decisivo en nuestra política, como se ha demostrado en la exposición histórica hecha. Así en lo que va del siglo el pueblo ha llegado al poder cuando ha coincidido con éstas, y lo ha perdido cuando éstas se han disociado del mismo. Los hechos son demasiado objetivos para que necesiten demostración y habría que recordar, sólo para lo menos evidente, la importancia que tuvo en la sanción de la ley electoral de 1912 la presión conspirativa permanente de las Fuerzas Armadas.
La comprensión entre pueblo y ejército es, en tales condiciones, necesidad imprescindible de una política nacional.
Se intenta cerrar el camino a esa comprensión dirigiendo la inteligencia de estas últimas hacia objetivos ajenos a la Política Nacional.
Pero es lamentable constatar la existencia de fuerzas antinacionales y hostiles a la realización de nuestro futuro: que ellas gobiernen, es la negación de toda Política Nacional, y que las Fuerzas Armadas sean su sustentación es un supuesto incompatible con su razón de ser, porque la defensa nacional reposa esencial y casi exclusivamente en el dominio de los recursos propios y en la utilización al máximo de los mismos…”
La caída del haber jubilatorio y de la obra pública: nada para festejar
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Hace 2 días
1 comentario:
Sabía que te motivaría a escribir algo de este asunto.
Abrazo!!
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