"Por otro lado, sin poder siquiera negar la desesperanza como algo concreto y sin desconocer las razones históricas, económicas y sociales que la explican, no entiendo la existencia humana y la necesaria lucha por mejorarla sin la esperanza y sin el sueño”
El texto pertenece al educador brasileño Paulo Freire en su libro “Pedagogía de la Esperanza) (Siglo XXI Editores. 1993).
Esta afirmación lúcida cobra mayor sentido en la Argentina de hoy , donde cada uno de los lectores la interpretará de acuerdo a la propia percepción de la realidad, sea esta una mirada global o local de análisis, es decir, cada uno le dará sentido por el anclaje que pueda establecer con lo que vive cotidianamente, con lo que se siente en esas vivencias.
Lo que dice Freire, como educador popular, realmente moviliza a cualquiera que lo lea, no solo a los educadores.
El texto pertenece al educador brasileño Paulo Freire en su libro “Pedagogía de la Esperanza) (Siglo XXI Editores. 1993).
Esta afirmación lúcida cobra mayor sentido en la Argentina de hoy , donde cada uno de los lectores la interpretará de acuerdo a la propia percepción de la realidad, sea esta una mirada global o local de análisis, es decir, cada uno le dará sentido por el anclaje que pueda establecer con lo que vive cotidianamente, con lo que se siente en esas vivencias.
Lo que dice Freire, como educador popular, realmente moviliza a cualquiera que lo lea, no solo a los educadores.
Agrego otro párrafos:
- “Como programa, la desesperanza nos inmoviliza y nos hace sucumbir al fatalismo en que no es posible reunir las fuerzas indispensables para el embate recreador del mundo. No soy esperanzado por pura terquedad, sino por imperativo existencial e histórico. Esto no quiere decir, sin embargo, que porque soy esperanzado atribuya a mi esperanza el poder de transformar la realidad y convencido de eso me lance al embate sin tomar en consideración los datos concretos, materiales, afirmando que con mi esperanza basta. Mi esperanza es necesaria pero no es suficiente. Ella sola no gana la lucha, pero sin ella la lucha flaquea y titubea. Necesitamos la esperanza crítica como el pez necesita el agua incontaminada”
En estos días, cuando los heridos oligopolios de la información, vomitan su impotencia ante la nueva ley de medios , travestidos de “objetividad periodística”; en días en que el gobierno pulsea su presencia legislativa y la gana; en enclaves locales desde donde la palabra destemplada proscribe , llena de odio y resentimiento, la posible llegada al gobierno de una fuerza política de la oposición ; en estos días de “aguas contaminadas” será una esperanza construida y fermentada lentamente, la que nos dará la fuerza para transitar el camino correcto.
Y vuelvo a Freire:
- “Pensar que la esperanza sola transforma el mundo y actuar movido por esa ingenuidad es un modo excelente de caer en la desesperanza, en el pesimismo, en el fatalismo. Pero prescindir de la esperanza en la lucha por mejorar el mundo, como si la lucha pudiera reducirse exclusivamente a actos calculados, a pura cientificidad, es frívola ilusión…Sin un mínimo de esperanza no podemos ni siquiera comenzar el embate, pero sin el embate , la esperanza se desordena, se tuerce y se convierte en desesperanza que a veces se alarga en trágica desesperación. De ahí que sea necesario educar la esperanza. Y es que tiene tanta importancia en nuestra existencia, individual y social, que no debemos experimentarla en forma errada, dejando que resbale hacia la desesperanza y la desesperación”
En estos días en que los mensajes suenan a catástrofe, habrá que descubrir las melodías armoniosas que los pueblos construyen desde abajo y que muchas veces encuentran directores de orquesta que las interpretan muy bien. Otros- en términos musicales- pondrán una “pista” y harán demagogia, debemos saberlo…y también sufrirlo, pero no debe desesperarnos, porque si esto sucede, estaremos derrotados y quizás es eso lo que esperan las mentes obtusas.
Por último:
“Una de las tareas (…) es descubrir las posibilidades –cualesquiera que sean los obstáculos- para la esperanza, sin la cual poco podemos hacer porque difícilmente luchamos, y cuando luchamos como desesperanzados o desesperados es la nuestra una lucha suicida, un cuerpo a cuerpo puramente vengativo.”
Quise compartir estas ideas expresadas con suma sencillez pero de una profundidad tal, que constituyen un manual de política aplicable a las mútiples situaciones que parecen desesperarnos, desesperanzarnos, inmovilizarnos y debilitarnos.
Y es el propio Freire el que nos da una respuesta interesante, cuando plantea en la introducción de su libro : “La Pedagogía de la Esperanza es un libro así, escrito con rabia y también con amor, sin lo cual no hay esperanza”.
Un consejo sabio, que debiéramos tomarlo como un norte y aplicarlo en cada ámbito de análisis: En la Argentina y también en Tres Lomas.
2 comentarios:
Pulgar arriba. Me gusta.
Excelente post.
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