El emergente de la temática, oculta durante hace ya demasiado tiempo en la Argentina, ha sido la muerte de Seineldín, que de una forma u otra movilizó a muchos compañeros de blogs amigos a escribir sobre cuestiones que, sin ceder a la demanda de memoria, verdad y justicia, pudieron ir “mas allá” en el pensamiento de un rol del ejército en un proceso nacional y popular.
Ayer recurrí a don Arturo Jauretche y su libro “EJERCITO Y POLITICA…” para abordar el tema, hoy lo hago con RODOLFO PUIGGROS.
Su obra data de finales de los años 50 y principios de los 60. Fue militante del PC Argentino de donde es expulsado, acusado de "traición al Marxismo" por su adhesión al Peronismo. Como intelectual tuvo que exiliarse durante la proscripción peronista, retornando a la Argentina en 1966, siendo en 1973, durante el breve gobierno de Héctor Cámpora, nombrado rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Durante el enfrentamiento entre la derecha y la izquierda peronista, Rodolfo Puiggros apoyó a esta última. En 1974 se exilió en Mexico, encuadrándose en la organización armada Montoneros, en la que combatía su hijo Sergio, quien fuera asesinado durante el Terrorismo de Estado en 1976.
Si tuvieramos que señalar una gran preocupación de su vida intelectual fue la de la articulación posible, entre la voluntad nacional y popular con la revolución social, cuestión aún pendiente para el campo progresista argentino.
Creía entre otras cuestiones, y como si estuviera viviendo los actuales acontecimientos Argentinos, que el desarrollo industrial, debía emancipar al país de la ganadería y el monocultivo.
Su trabajo mas conocido se titula : “Historia Crítica de los Partidos Políticos Argentinos”, una obra excelente y poco conocida.
De él extraigo los siguientes párrafos, con la intención de no generar ninguna polémica estéril con la cual no quiero lidiar (queda claro que los culpables del terrorismo de estado deben ser juzgados y castigados sin que sus crímenes prescriban jamás), pero convencido que todo proyecto nacional y popular, debe abordar madura y convenientemente , la cuestión militar.
- “Los partidos Socialista y Comunista nacieron bajo el signo del internacionalismo abstracto, del que derivaban su antimilitarismo a ultranza, pues el ejército nacional representaba la nación en armas y la nación era, para socialistas y comunistas, el dominio de las clases explotadoras y opresoras por encima de las fronteras. Profesaban el antimilistarismo por los mismos motivos que el antinacionalismo. Separaban el ejército de la sociedad y lo convertían en una institución en sí, reaccionaria por naturaleza. “
- “El ejército es, al nivel de la totalidad concreta nacional, la síntesis de la economía, la técnica, la ideología y la política. No nació de las instituciones jurídicas. Fue anterior a ellas y preparó su vigencia. La Constitución de 1853 no se concibe sin Caseros; la unión nacional se gestó en los campos de batalla de Cepeda y Pavón.”
- “A medida que la historia se actualiza, y mucho más al pasar de las revoluciones burguesas a las revoluciones proletarias, se hace evidente que para producirse los cambios sociales deben coincidir siempre las masas, las armas y la ideología. Aislado, cualquiera de los tres elementos es impotente. Las masas sin armas y sin ideología, sucumben en la irracionalidad. Las armas sin masas y sin ideología se quiebran en una estéril tiranía puramente autoritaria. La ideología sin masas y sin armas, queda en mera retórica”
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