“Así fue como en las instalaciones de nuestra entidad deportiva áerea se reunió gan gran cantidad de público que sus dependencias fueron reducidas para darle cabida. Tanto así que los vehículos debieron situarse en la calle, cerca de la entrada del Aero Club.
Hermoso aspecto presentaban las instalaciones de la institución abarrotadas de concurrencia que esperó hasta último momento que remontaran vuelo los aviones que se llevaban a las simpáticas embajadas que en franco acto de camaradería habían honrado a nuestro pueblo durante dos días.
Y nuevamente se repitieron los saludos y los aplausos mientras iban decolando primeramente los aviones locales que llevaban a la oficialidad de General Pico, luego los N.A y el Douglas, que en un saludo final pasaron sobre el Aero Club haciendo el saludo de práctica mientras las manos se elevaban al aire contestando a los blancos pañuelos que se notaban enlas ventanillas del Douglas.
Luego el retorno al centro. Los comentarios inevitables y una gran satisfacción que perdurará como recuerdo imborrable, la camaradería, la franqueza, el don de gente de los representantes militares, tanto de Espora como de General Pico y de los dignos representantes del Sr. Interventor, del arte escultórico, de la música, y de la palabra, que convivieron con nosotros gratos momentos de franternal camaradería en el fausto día en que la ciudadanía Salliquelense brindo su ofrenda a la Libertad, expresada en la creación del genio escultórico de Máximo Maldonado”
En esos mismos días, el presidente de facto, Pedro Eugenio Aramburu, visitaba la ciudad de Mendoza, donde aclaraba el verdadero significado de la frase “Ni vencedores ni vencidos” que su antecesor Lonardi había pronunciado como eje de gobierno del golpe.
Decía lo siguiente:
Hermoso aspecto presentaban las instalaciones de la institución abarrotadas de concurrencia que esperó hasta último momento que remontaran vuelo los aviones que se llevaban a las simpáticas embajadas que en franco acto de camaradería habían honrado a nuestro pueblo durante dos días.
Y nuevamente se repitieron los saludos y los aplausos mientras iban decolando primeramente los aviones locales que llevaban a la oficialidad de General Pico, luego los N.A y el Douglas, que en un saludo final pasaron sobre el Aero Club haciendo el saludo de práctica mientras las manos se elevaban al aire contestando a los blancos pañuelos que se notaban enlas ventanillas del Douglas.
Luego el retorno al centro. Los comentarios inevitables y una gran satisfacción que perdurará como recuerdo imborrable, la camaradería, la franqueza, el don de gente de los representantes militares, tanto de Espora como de General Pico y de los dignos representantes del Sr. Interventor, del arte escultórico, de la música, y de la palabra, que convivieron con nosotros gratos momentos de franternal camaradería en el fausto día en que la ciudadanía Salliquelense brindo su ofrenda a la Libertad, expresada en la creación del genio escultórico de Máximo Maldonado”
En esos mismos días, el presidente de facto, Pedro Eugenio Aramburu, visitaba la ciudad de Mendoza, donde aclaraba el verdadero significado de la frase “Ni vencedores ni vencidos” que su antecesor Lonardi había pronunciado como eje de gobierno del golpe.
Decía lo siguiente:
“La revolución que ha triunfado total y definitivamente, desea dar por terminada la discordia entre los argentinos, y está decidido a que ningún sector del pueblo sea tratado como vencido y ningún sector actúe como vencedor. Pero que no se equivoquen aquellos que conspiren contra la armonía y la recuperación nacional, pretendiendo confundir al pueblo para poder mantenerlo en el servilismo que necesitan las dictaduras. La frase Ni vencedores Ni vencidos, no se refiere a ellos, ni tampoco a los grandes responsables del drama sombrío vivido por el país. Los que así procedieron o proceden ahora son enemigos del pueblo argentino y sobre ellos caerán las sanciones que corresponden”.
Ni falta que hacía esta frase en Salliqueló. Allí ya se había cambiado el nombre del Hospital (en un principio Eva Perón), había desaparecido el busto de Evita y como “frutilla del postre”, el 16 de Setiembre de 1956 se inaguraba el PRIMER MONUMENTO A LA LIBERTAD, con bombos y platillos, con discursos vacíos de contenido, toda vez que era precisamente “la libertad” la condenada en la ofrenda de piedra.
Ni falta que hacía esta frase en Salliqueló. Allí ya se había cambiado el nombre del Hospital (en un principio Eva Perón), había desaparecido el busto de Evita y como “frutilla del postre”, el 16 de Setiembre de 1956 se inaguraba el PRIMER MONUMENTO A LA LIBERTAD, con bombos y platillos, con discursos vacíos de contenido, toda vez que era precisamente “la libertad” la condenada en la ofrenda de piedra.
Pedro Eugenio Aramburu era el presidente en esta etapa e Isaac Rojas de la Armada Argentina el Vicepresidente, representante máximo de la Base Puerto Belgrano, de Comandante Espora, de donde vinieron los aviones para felicitar a Salliqueló.
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