EL FORMULA 1 Y EL FIAT 600

El Dios que creía tener dentro , escapó nuevamente. Con error sintáctico incluído, en recientes declaraciones radiales, el senado Reutemann, dijo estar “desentusiasmado” hacia el futuro, dejando un nuevo mensaje que inmoviliza a quien lo escucha, aunque primero debió hacerlo con él mismo.

La palabra entusiasmo, significa “tener un Dios dentro de sí” (del Griego) y el senador lo manifiesta una vez más, como si esa deidad no le hubiera dado muestras suficientes ya en su carrera automovilística.

Parece ser que la fuerza y la sabiduría de ese Dios, actuando dentro de las personas, las habilitaba para resolver los problemas que se presentaran, transformar la realidad, derrotar los desafíos. Era poseedor del "entusiasmo" alguien que creía profundamente en sus ideas, peleaba por ellas y actúaba en función de ese norte. ¿Reutemann?

No creo, porque los entusiasmos en política, no son individuales. Pueden surgir, por supuesto y está bien que así sea, pero minimizarlos sólo a una cuestión de fé, confianza y voluntad personal, sería no pensarlos como armado común, como construcción colectiva y proyecto de las mayorías.

En Reutemann no hay vestigios de que su entusiasmo perdido tuviera algo que ver con los demás.

Debiera entusiasmar a los políticos, la esperanza comprometida de la gente por solucionar sus propios desafíos cotidianos , la lucha diaria de los mas pobres y excluidos , la organización popular que resiste las huellas profundas del neoliberalismo y los intentos válidos que se han llevado adelante desde este gobierno para que otro modelo sea el que nos habilite a la albañilería de cuchara y ladrillo.

Creo que al contrario, todo esto, también lo “desentusiasma” al senador Santafesino, simplemente porque no constituyen la inspiración que desea tener.

Reutemann en su lógica, habla mas vale del optimismo, que es la creencia que “algo” va a pasar para que las cosas cambien, pero sin necesidad de ser protagonista. Hay muchos optimistas que simplemente “esperan”.
El senador es uno de ellos, su discurso parece decirnos siempre que él espera condiciones ideales para actuar, quiere la “pista seca” para correr, pero si está mojada no atina a cambiar las gomas, no actúa, no arriesga en maniobra alguna, no decide, no gobierna. ¿Se imagina Usted quien se favorecería con este “desentusiasmado”?.

No son las cuestiones que funcionan perfectamente las que traen el “entusiasmo”, sino al revés, son los desafíos los que harán que el entusiasmo personal y el que se logre aglutinar como masa crítica, los que ayuden a que las cosas mejoren.

Los que como Reutemann, esperan condiciones ideales para correr su carrera, en realidad nunca se entusiasmarán por algo y mutarán en gerentes de los que sí tienen un voraz "entusiasmo" por el poder del dinero concentrado.

Pero todo sirve: Creo que Reutemann jamás se quedó sin nafta en su Formula 1, en realidad, también en esa carrera se “desentusiasmó”, pero porque esa fue su esencia . En cambio los Kirchner, no dejan de revisar los frenos, ajustar las tuercas y abrir el capot de un motor que siempre calienta de su Fiat 600 y sin esperar del todo a que se enfríe, mirando un camino complicado para recorrer, confiando en todos los que allí viajamos, meten otra vez primera y pisan el acelerador. Sin apatía, sin egoismos, sin “desentusiasmos”, generosos...