viernes, 2 de abril de 2010

MALVINAS: ENTRE TRES LOMAS Y WEST POINT
















Ràpidamente llegaron las primeras directivas a los Intendentes del Proceso, una vez desembarcadas las tropas Argentinas en las Islas Malvinas, el 2 de Abril de 1982.
El gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Rubén Aguado, a través de un radiograma exhortaba “a todo el personal de la administración municipal a que, con dedicación y espíritu de sacrificio, cada uno desde su trinchera de trabajo, supla con el esfuerzo personal, la falta de medios que pueda presentarse para un mejor cometido de sus tareas”.



También solicitaba “que restrinjan al mínimo imprescindible todos los gastos públicos y suspender toda contratación o iniciación de obras públicas, aún aquellas que se encuentren en proceso de licitación”.
Finalmente les ordenaba a los intendentes que presten toda la colaboración posible a las Fuerzas Armadas y que realicen las acciones entre la población para que ésta tome conciencia.
Respondiendo a esta directiva, y mediante las resoluciones N 61 y 62, en el distrito de Pellegrini (al cual pertenecía Tres Lomas) se constituyeron las “Juntas Municipales de Defensa Civil”, cuyo objetivo era el de proteger a la ciudadanía de cualquier contingencia derivada de la guerra, instruyéndola sobre el comportamiento a adoptar.



Paralelamente se abren en los bancos locales, dos cuentas denominadas “Fondo Patriótico”, una en el Banco de la Provincia de Buenos Aires y otra en el Banco de la Nación Argentina, ambas destinadas a recibir donaciones de la población.
Por los medios de comunicación de entonces, y ante la fiebre patriotera, el gobierno municipal solicitaba que las donaciones fueran “preferentemente en efectivo y no en especies”.



El 10 de Mayo de 1982, el intendente Municipal de Pellegrini, sanciona la Resolución N 68, dando cuenta de las “severas medidas de austeridad en cuanto a la contención del gasto público”, un total de 6 artículos que iban desde los combustibles, energía eléctrica particular y el alumbrado público inclusive.
Finalmente un artículo era mas que claro: “Los agentes que no cumplan con lo dispuesto en el presente acto administrativo, serán pasibles de las sanciones que correspondan…”



Así se vivía en el pueblo chico la Guerra de Malvinas: Múltiples actos oficiales y escolares, con sus correspondientes discursos , los alumnos del Instituto Mariano Moreno realizaron una colecta para “los soldados que defienden Malvinas”, con una gran recaudación, el sacerdote Luis Diehl hacía leer cartas de un soldado treslomense en el púlpito de la Iglesia y solicitaba a las escuelas que los alumnos ecribieran cartas para los soldados, los empleados del Banco de la Provincia donaban un porcentaje de su sueldo, la Comisión de Cultura Municipal organizó una “exposición” sobre el tema en el Hall Municipal, el Club Progreso prestaba sus instalaciones para un remate con elementos donados por la gente, la Cámara Empresaria Treslomense organizada una campaña que recaudaba una importante suma de dinero, se creó la “Peña Malvinas Argentinas”, que actuaba con un fin solidario, la estancia “Las Elenas” organizaba a beneficio una fiesta criolla con pialada de novillos, jineteada en general y monta de reservados, el Centro Juvenil de La Porteña realizaba una recorrida por la zona rural recibiendo donaciones importantes, los principales clubes locales jugaban a beneficio la copa “Malvinas Argentinas” etc, etc.



Resulta muy significativo el Remate con las donaciones de elementos en el Club Progreso de Tres Lomas, realizado con la colaboración de todos los martilleros locales que no cobraron su comisión habitual: una vez comprado el lote, el comprador lo volvía a donar y nuevamente salía a la venta y así sucesivamente, registrandose hasta 3 ventas consecutivas de un mismo elemento, siendo los mismos martilleros los que pedían a la gente que ya no lo donarán porque el remate se haría eterno.



Quedaba claro que la organización de los militares Argentinos respondía a una concepción burocrática y represiva de su rol, sin preparación específica para la guerra real. Fueron ineptos en general en la única ocasión de guerra concreta que les tocó vivir y –salvo excepciones- mostraron que estaban mucho mejor preparados para el secuestro, la tortura, la desaparición, la administración de los Centros Clandestinos y la muerte de militantes, que para enfrentar a los Ingleses.

Astiz por ejemplo, se rindió sin combatir frente a los ingleses, demostrando que estaba mas preparado para luchar contra un “subversivo Marxista”, un “Peronista de izquierda” o un “desviado ideológicamente”, que contra un soldado británico.
La gran contradicción que aún hoy significa Malvinas para los Argentinos, dónde en el final de una dictadura que aplicó el Terrorismo de Estado, una gesta de solo 74 días, logró enamorar a una enorme porción de la sociedad. La guerra finalizaba, dejando al descubierto el aprendizaje que nuestros militares habían recibido en West Point y el Canal de Panamá, preparados para la represión interior, perdiendo de vista su objetivo principal. Creo que hoy tampoco lo tienen en claro…pero esa es otra historia, sobre la que en algún momento habrá que discutir.

1 comentario:

gilda dijo...

Cuando la Dictadura estaba ya en decadencia los militares argentinos deciden la recuperación de las Islas: otra campaña para recuperar el apoyo de la población, aun a costa de una guerra con una potencia como Inglaterra.
La misma dictadura que masacró a su propio pueblo mandó a la guerra a muchísimos jóvenes que cumplían el servicio militar. Después, se supo que hubo quienes pasaron hambre, frío y además padecieron torturas de sus superiores como castigo por supuestos malos comportamientos. (Como vos decís es para lo mejor que estaban preparados).

Es así, la guerra de Malvinas fue la última acción de los militares para autodenominarse héroes que lucharon por la patria… Pero tampoco debemos olvidar aquella Pascua donde Alfonsín, rodeado por toda la dirigencia política de entonces, firmó el “Acta de Compromiso Democrático”, que consagraba la petición central de Rico y los carapintadas, “el debido reconocimiento de los niveles de responsabilidad de las conductas y hechos del pasado”. Para luego decir “felices Pascuas, la casa está en orden”, llegando también a agregar “se trata de un conjunto de hombres, algunos de ellos héroes de Malvinas”. Acabando con la promulgación de la ley de Obediencia debida. De una u otra manera habían logrado su cometido: que se les reconociera como héroes “borrando” o “tapando” las atrocidades antes cometidas.
Por eso creo que lo más importante hoy es distinguir entre los que decidieron esta guerra irresponsable y los soldados conscriptos que lucharon con enorme valor. Debemos reconocer que: (seguro la mayoría muy honestamente) apoyó la guerra siendo sin dudas una equivocación, pero como sociedad debemos reprocharnos aún más el comportamiento pos guerra con esos soldados y sus familias.