MUCHAS GRACIAS

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Lástima que tuvieron que leer algunos “piropos” que me fueran enviados y que la verdad dañaron más a quienes me rodean que a mi , porque entiendo que lo grotesco los torna en repudiables, no para quien los recibe, porque cada acusación es tan brutal y absurda que se vuelve inócua, sino para quien los pronuncia, porque allí aparece un “yo verdadero”, una apropiación de “la moral” que lo fanatiza peligrosamente, una cadena enloquecida sin piñón ni corona que la contenga, una “esencia autoritaria ”, que algunos hemos visto antes, otros la acaban de descubrir con el “exhabrupto” y otros aún no lo quieren ver.

A todos los que me llamaron para alentarme , a los que personalmente me lo dijeron , a los muchos mensajes de textos que he recibido, a quienes se expresaron públicamente: GRACIAS.

Rescato de ellos la claridad para ver lo planteado y la solidaridad para con mi persona, eso no se olvida.

Creo sin embargo, que es este un momento para NO PERDER EL EJE DEL DEBATE, que no son precisamente mis palabras en la marcha, ni las declaraciones desbocadas del poder político , sino LA MARCHA MISMA, sus nuevos aportes creativos, la nueva gente que se sumó, los rostros diferentes, la organización lograda por los Familiares de Pocho, el Movimiento “El Colectivo” y el Movimiento de Derechos Humanos de Tres Lomas, el documento consensuado, el intercambio final, la gente que se anima, la reapertura de la causa y el buen trabajo que el nuevo fiscal está haciendo.

No perder de vista esta cuestión, nos permitirá no entrar en la trampa del debate superficial del dime y direte, sino de las cuestiones mas profundas: somos muchos los que creemos en la Primera de las Autopsias, la que habla de tortura, vejación y por lo tanto, asesinato y desconfiamos de la que dictaminó “síndrome de abstinencia alucinatoria” .

Ir hasta el fondo, y si se confirma el asesinato, descubrir los matadores y también los ideólogos sería la tarea , pero ya no depende de nuestra voluntad. La que debe hablar por medio de sus fallos, es la Justicia, como corresponde en un estado de derecho.

Hoy, mientras nuevamente marchamos y ejercitamos la memoria, la causa permanece “abierta” y con ella nuestra esperanza de encontrar la verdad.