HOY ESCUCHE A UNA LIDER INTERNACIONAL

Habló en Vancouver (Canadá), en el Congreso Confederación Sindical Internacional, el encuentro de trabajadores mas importante del mundo, donde fue la principal oradora.

Un discurso brillante, donde no ahorró absolutamente nada: Contexto Histórico, Rol de los Organismos Internacionales de Crédito, Crisis del 2001 y el ejemplo Argentino en esa coyuntura, el Rol del Estado como garantía de nuevas oportunidades, etc.

Pero en ese torbellino de ideas perfectamente terminadas, casi didácticamente, solamente posibles en una mente lúcida como la de Cristina, apareció el concepto que mas me impactó.
Fue cuando relativizó los “modelos” que no pueden ser aplicados “mecánicamente” sin analizar los problemas de la sociedad a la que estarán dirigidos. Y hecha esta aclaración, reafirmó lo que cree, lo que sí debiera no ser aplicado.

Lo dijo con una frase en latín: “Urbi et orbi”, para referirse a los modelos de ajustes que nunca más deben aplicarse, porque constituyen una “receta equivocada, desacertada, a contrapelo de la historia”

“Urbi et orbi” significa: “A la ciudad de Roma y al mundo” y constituía las formula con la que el imperio romano se dirigía a sus gobernados y a los aún sin conquistar. Hoy es la bendición solemne que pronuncia el Papá dirigida también al mundo entero y por supuesto a la ciudad de Roma.

Remite a las penas debidas a pecados ya perdonados por intermedio de la confesión y la comunión, de forma tal que la persona vuelve a estar con Dios y se salvará si no vuelve a caer en pecado mortal, pero la pena por esos pecados consistirá precisamente en compensar y reparar el dolor producido. La bendición Urbi et Orbe se cumplirán-de acuerdo a la Iglesia- si es recibida con fé.

Leída políticamente, la frase atrevida que Cristina utilizó muestra el enorme “pecado social” del ajuste hacia los más débiles, los desprotegidos, los excluidos, los explotados. Y también propone una compensación láica: la intervención de un estado atento al bienestar de las mayoría, un estado que compense y repare los dolores viejos y sea capaz de generar alegrías, fé contagiosa y esperanza que actúa para defender lo conquistado.

Cada día está mas claro : Cristina Fernandez, es ya una líder mundial: es Argentina, mujer, inteligente, comprometida, lúcida, convincente y trabajadora incansable. Y si es bonita o no, importa poco. Pero además, lo es.