El viernes 19, finalizó la Tercera Marcha "Uniendo Escuelas y Comunidades", un proyecto de todas las escuelas rurales del distrito de Tres Lomas, sean estas de nivel inicial, primario o secundario.
El proyecto tiene varios objetivos y si bien estaba planteado para la semana de Mayo, como forma de festejo del Bicentenario, la gripe equina hizo que lo postergaramos hasta estos tiempos, en que el DIA DE LA SOBERANIA, nos permite plantear una tarea áulica significativa.
Se desarrolla durante una semana , recorriendo a caballo con los alumnos de Tercero Polimodal del CEPT N 7 y algunos docentes, un trayecto total de 110 km, "parando en todas" las escuelas rurales, verdaderos centros de comunidades rurales desvastadas por el negocio agrosojero.
Colonia 17, Colonia Los Agrarios, Paraje Pehuelches, Colonia La Adela, Colonia Moreno, pueblo de Ingeniero Thompson, ciudad de Tres Lomas y finalmente el CEPT, constituyen las escalas para reponer fuerzas y compartir con los chicos y las comunidades.
Tres objetivos básicos: Trabajo áulico acerca de porque se celebra el Día de la Soberanìa el 20 de Noviembre, intentando conocer las causas que llevaron a la escuadra anglo-francesa a intentar navegar de prepo las aguas del Río Paraná, la ley de aduanas con que Juan Manuel de Rosas intentó defender las incipientes industrias artesanales del interior del país. Los chicos disfrutan de un entretenido power point cargado de imágenes, la narración posible para sus edades y luego una consigna que les posibilitó su propia producción que se explicita en plenario.
Trabajo con la comunidad del lugar en horas de la tardecita: Técnica de mapa social donde a través de consignas los sectores vinculados a la matrícula de las escuelas rurales: peones rurales, tamberos medieros, pequeños arrendatarios y pequeños propietarios, pudieron pensarse a sí mismos, en sus fortalezas y sus debilidades. Los participantes mostraron una tendencia a dibujar la escuela en el "centro" de la escena, mostrando la importancia del lugar, no ya como espacio áulico, sino como espacio social de encuentro, para ver que también hay otros con los mismos problemas: pooles de siembra, precariedad del trabajo rural, trabajo en negro, falta de legislación que los proteja, abuso patronal, etc. Es evidente una mayor conciencia acerca de estos problemas que los ahogan y es sorprendente como no se pierde la alegría que posibilita la resistencia en el lugar.
Trabajo recreativo y de convivencia: Los chicos de Tercero organizan juegos para los alumnos de primaria, en la noche se enciende un fogón, hay artistas populares locales y se come un asado, convirtiendose la jornada en horas de la noche en un momento mágico: en el patio de gramilla de una escuelita rural, fogón encendido, una guitarra y un cantor, la charla y el mate amargo. Un momento previo, hasta que todos se van y el "docente que hace noche" decide que se necesita descansar, porque al otro día hay que seguir. Un solo colchón inflable, el resto colchonetas finas y bolsas de dormir. El aula de una escuelita hace de habitación. Nos dormimos entre el olor a tiza.
Al otro día se ensilla a las 7 horas, doce caballos y un carro de tiro para transportar los elementos de supervivencia en las largas jornadas.
El Jefe de Marcha, con autoridad pero sin autoritarismo da la orden de partida, los chicos talonean los pingos, yo tomo las riendas del carro, controlo que todo esté en su lugar para no perder nada, bromeo con las dos alumnas que me acompañan mate en mano y al mejor estilo de "Bonanza" pronuncio un "Vamos Monita, vamos Manteca", los nombres de las yeguas que se bancaron todas las jornadas, las yeguas que el "indio Banchay" nos prestó desinteresadamente como todos los años.
Chillan los ejes y ya en el camino, el primer mate da lugar a la charla "carrera", donde el tiempo sobra y la palabra se instala, el carro ocupa el centro de la escena, los caballos del resto de los chicos lo rodean, proveemos agua fresca, mate y tortas fritas, la pasamos bien, vamos a otra escuela rural donde nos esperan, las que tienen poca matrícula, las que ven fumigar en sus alrededores con dolor y preocupación.
Miro para arriba y un avion "a chorro" surca el distrito, se lo ve pequeño pero es inmenso y pienso que nuestro proyecto corre en el mismo sentido, solo que quizás desde "allá arriba" no nos puedan ver o quizás nadie esté haciendo el esfuerzo de "mirarnos".
¡Paramos en las plantas de moras¡ grita Pedrito cuando llevamos casi dos horas de marcha . Todos aprueban, son blancas y negras, dulces. Son riquisimas.
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