sábado, 2 de junio de 2012

"NO DARLE NI UN TRANCO A LA TRISTEZA"

Me unió con Roal la militancia que se abrió en 1983, una vez recuperada la posibilidad de vivir en democracia. El era un viejo militante del VTR (Viejo Tronco Radical, así le deciamos los de la Juventud Intransigente, la "patota del doctor Oscar Alende, el viejo y tordillo bisonte).
Roal lo admiraba y lo había seguido siempre. Concejal varias veces por la UCRI en tiempos de proscripciòn peronista y tambièn con el regreso de Peròn, cuando se construyò la APR (Alianza Popular Revolucionaria), entre la "intransigencia" que ya habìa dejado de cuajo al radicalismo y un sector de la Democracia Cristiana.
Roal era un tipo muy progresista, conocedor como pocos de la idiosincracia treslomense y militante activo, no solo en lo partidario, sino en lo institucional.
Interesado siempre en la vida política, hablar con él, aún con las limitantes que tuvo en sus últimos años y con la ayuda de apuntes breves, dejaba siempre prístina su posición en todos los temas. Acompañó este  proceso político nacional y popular que hoy gobierna la Argentina , lo hizo en el mano a mano, como un referente de la "transversalidad" que tan bien le sentaba. Y también tuvo muy en claro la necesidad de la unidad entre el Peronismo y el Vecinalismo treslomense, como herramienta política para derrotar a un oficialismo que se degradaba y nos degradaba a ojos vista. Sin más, diferenciaba  lo principal de lo secundario,  tan necesario en estos procesos complejos.
Murió este 26 de Mayo,  y me gustó mucho la forma en que uno de sus nietos lo despidió con una carta publicada en el Semanario LA PRENSITA.

Dice Juan Agustìn Méndez  de su abuelo:

" Algo, en un momento preciso, nos pone aquí. Nacemos. Desde ese instante nada se detiene. La vida es incesante y a menudo la creemos sin interrupción...así es que transcurrimos haciendo "como si no" pero sabiendo muy intimamente que sí, que inesperadamente o no, la vida conduce como un río sin tregua siempre al mismo mar. Sabiendo, además, que es "ese" justamente el instante que nadie espera y del cual todos huimos. Y acaso esto sea así porque creo que tenemos más miedo a sufrir que a morir: nadie sabe, en definitiva, lo que es morir.
Sin embargo, alcanzamos a percibir que somos perecederos, que vivimos en el discontinuo de la vida y la muerte...y entonces lo único que queremos es prevalecer y transcurrir, sin sufrir, en un mundo que nos hace pero al que también nosotros hacemos.
Entonces pienso en aquellos que eligen y abrazan como forma de vida, el amor a la vida, la alegría, el ingenio, el humor y la fe...la fe en que siempre, aunque venga fiero, hay una posibilidad y una esperanza de que cambie el viento. Piensoen aquel que fue mi abuelo, el abuelo Roal, ese que tuve, ay, ¡ese que tengo¡...Porque al no darle ni un tranco a la tristeza sé que su amor, su gracia, su fértil sabiduría y su vida abrirán paso permaneciendo en las nuestras.
Te llevaremos con alegría en el corazón por haber expresado tanto amor. Quedate tranquilo, Roal, admitiremos la tristeza, pero solo por un tiempo..."

Nadie lo podía contar mejor Tin.

2 comentarios:

Gerardo Fernández dijo...

Qué pena inmensa! Lo conocimos mucho y creo que medio a dúo en aquellos años ¿Te acordás? Era el tipo de la guardia vieja más abierto ¿no? Hincha de Independiente, además.
Siempre lo respeté y aprecié a Roal, con quien me acercaba, también el vínculo de "Petty" con mi vieja en aquellos años de docencia.

Roal era un tiempista, un sutil, un fino. Un dirigente de esos de pueblo chico, habilísimo para surfear entre el "qué dirán" y las propias ganas de hacer cosas.

Lo más importante es que señores como Roal no pasaron al pedo por la vida y por eso sobreviven en los que aprendimos de ellos.

soyyo dijo...

gente buena este roal...
se van pero no se van...
siempre estaran en el recuerdo de los que tuvimos la suerte de tratarlo.