lunes, 27 de mayo de 2013

FERROCARRILES DEL ESTADO Y PARA TODO EL PAIS


Los grandes pensadores nacionales, los que plantearon que habìa que pensar todo de vuelta, los Forjistas de la dècada del 30, los que, viniendo del Radicalismo Yrigoyenista se plegaron al Peronismo como continuidad del movimiento històrico lo denunciaron con toda claridad.

Scalabrini tiene en sus trabajos algunos textuales imperdibles: Primer ejemplo: Julio Roca (hijo) en misiòn diplomàtica a Inglaterra por el tema de las carnes y transportes: La Argentina, por su interdependencia recìproca, es, desde el punto de vista econòmico, una parte integrante del Imperio Britànico”

Para no ser menos, el asesor “argentino” sir William Leguizamòn, director de los ferrocarriles ingleses en nuestro paìs dice: La Argentina es una de las joyas mas preciadas de la corona de su Graciosa Majestad”.

Por último rescato las declaraciones de un diputado inglès: “Siendo de hecho la Argentina una colonia de Gran Bretaña, le conviene incorporarse al imperio”.

Pero la lucha de  FORJA (Fuerza de Orientación Radical de la Jòven Argentina) realizò buena parte del esclarecimiento necesario , de un pensamiento genuinamente Argentino, que terminarìa por concretar el Peronismo durante sus dos primeros gobiernos.

Scalabrini iba mas lejos aùn: “El radio de influencia de los ferrocarriles ingleses desborda de la órbita industrial y extiende su contaminación nefasta a todas las actividades del paìs…se dice que los ferrocarriles tienen poder suficiente para hacer y deshacer gobiernos”.

Luego llegò Peròn y junto con su Ministro de Hacienda, don Miguel Miranda, que era un verdadero burguès nacional, se nacionalizaron los ferrocarriles, aunque los agoreros de siempre titulaban que era un mal negocio.

Esa foto con trabajadores ferroviarios, tomada en 1948, parados en la trompa de la locomotora y el cartel “Los ferrocarriles ya son Argentinos”, dicen mas de la soberanìa que cualquier manual al respecto.

Y asì como en los 90, se asistiò a un embate devastador contra las empresas del estado, que devino en la privatizaciòn de las mismas, previo trabajo demoledor del inventor de “doña Rosa” y el déficit, etc, etc,  hoy, parece haber vientos de cambio y la pregunta se vuelve a instalar: ¿Los ferrocarriles deben ser del estado?.

La respuesta sigue siendo: Sí: en un paìs como el nuestro, en pleno desarrollo, las empresas estatales han jugado y deben jugar un papel decisivo en una polìtica independiente.


Asì como el comienzo fue la instalaciòn y manejo de los ferrocarriles en manos Inglesas y en menor proporción Francesas, en funciòn de sus intereses nacionales y no de los nuestros, en funciòn de los intereses de aquella oligarquía terrateniente argentina desentendida de la suerte de las mayorías. 

Y luego la presencia del estado peronista tomándolos a su cargo. Y en su caìda el plan Larkin como la punta del iceberg que terminò en el desguace de los 90,  hoy es bienvenida la pregunta.

Pero cuidado. No debe quedarse en ferrocarriles pensados “metropolitanamente”. Hay que mirar nuevamente el mapa Argentino, ver las lìneas fèrreas del pasado y que se puede hacer efectivamente en el presente, para que los pueblos del interior tengan una alternativa a la dictadura del auto y el colectivo y para que la producción se pueda transportar barata y no sòlo en beneficio de los concesionarios que solo piensan en su beneficio.

Basta un ejemplo: Ferroexpreso Pampeano, con ese nombre telùrico, oculta intereses de una gran empresa, que solo le importa su bolsillo y poco y nada el destino de la gente, de los parajes rurales, de los pueblos y mucho menos el de la naciòn y su soberanìa. 

Me preocupa que cuando escucho de funcionarios nacionales nombrar  "la lìnea Sarmiento", suene a un final en Moreno y no pensada en adentrarse hasta Villa Maza o Carhuè. Esto no se soluciona con la compra de algunas "formaciones" a los Chinos, lo que llevò años destruir, debe construirse nuevamente, de acuerdo a los tiempos actuales y favoreciendo a todo el paìs, no solo a los hombres y mujeres del sufriente conurbano, sino tambièn a las pampas sojizadas, con éxodo, invisibilizadas.

2 comentarios:

Vincent Vega dijo...

Completamente de acuerdo, aún si el tren circulara a 50 km/h pero tuviera una tarifa popular, prestaría un servicio inimaginable para muchos compatriotas que no pueden ver a sus familias o vacacionar por el cepo de las empresas de transporte automotor..

Jose Luis Prieto dijo...

José Luis Prieto escribió: "Gracias por la publicación, Grillo. Es alentador que se instale, siquiera, el tema y que trascienda la mirada política, para encarrilarse hacia una necesidad social, que es tan grande como la aniquilación y la desidia que se pasearon por las vías de nuestras redes ferroviarias todo este tiempo. Y si es, será tarde. Pero dejará, al menos, de ser "nunca más"."