miércoles, 22 de enero de 2014

RECONSTRUIR PESE A TODO



Acomodando la biblioteca me encontrè en estos dìas un libro de mi època de militancia en el Partido Intransigente de Oscar Alende. Se trata de un libro que en los comienzos de la democracia recuperada era de lectura impostergable para los que no somos demasiado buenos en economìa. Se trata de "La posguerra" de Aldo Ferrer, un verdadero maestro de la polìtica econòmica y sus explicaciones didàcticas.

Ferrer dice en su nùcleo mas duro que el paìs posdictadura encaraba un proceso comparable a las reconstrucciones de posguerra posteriores a 1945 y pone como uno de los componentes fundamentales la posibilidad de movilizar las energìas existentes en la comunidad y que sin este acto propio de los recursos humanos, la reconstrucciòn es imposible.

Brevemente lo hojee y me volvì a "encontrar con mi mismo", justamente en el subrayado del libro. Le prestè especial atenciòn a una crìtica que Ferrer hace de los economistas Roberto Alemann y Martinez de Hoz, acerca de un tema caro a los momentos actuales: la inflaciòn 

Dice Ferrer en su libro escrito a principios de 1982 lo siguiente, haciendo hablar en su encomillado a los economistas nombrados:

"La inflaciòn es siempre un fenòmeno monetario, provocado por el aumento de la oferta de dinero. Como el Estado es el ùnico que puede crear dinero, lo primero que debe hacerse es eliminar el dèficit fiscal y achicar ràpidamente al sector pùblico. Alcanzado este objetivo, bajarà la inflaciòn. Como consecuencia de la estabilidad se reduciràn las tasas de interès. Entonces, se reactivarà la inversiòn privada. Al mismo tiempo, las exportaciones impulsaràn el crecimiento de la demanda y la producciòn. En ese punto comenzaràn a aumentar la producciòn y el empleo. Los recursos genuinos asì creados permitiràn, recièn entonces ir recuperando los salarios reales"

¡Mamita querida¡ pensè, que viejo ha quedado todo esto y sin embargo algunos siguen creyendo que es el camino a recorrer. ¡Què ùltimo escalòn ocupan los salarios¡.

Por suerte, Ferrer despuès dice lo suyo y esto coincide con el camino emprendido en estos ùltimos 10 años.
Sostiene: "La respuesta a la crisis no radica, pues, en la insistencia en la polìtica ortodoxa. En verdad, existe una fractura profunda entre la polìtica ortodoxa y el interès de la Naciòn. Se trata de un esquema alienado y sectario. Como no puede conducir a la Naciòn hacia su grandeza, se empeña en achicarla a la medida de los intereses del sector"

Todo esto en 1982, antes de Malvinas. ¡Nada nuevo bajo el sol¡. Y sin embargo hay economistas y polìticos que les rinden pleitecìa, empeñados en vivir en las sombras.

O lo que es peor, en el sol para unos pocos.

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