domingo, 22 de marzo de 2015

ABEL PINTOS Y LA DECADA GANADA


Domingo 23:02 horas. Mi hijo Mariano con la guitarra y su coro familiar: su mamá y sus cuatro hermanos. “Si todo lo que busco es amor, todo lo que quiero vivir…”, el imbancable de Abel Pintos es cantado a coro.

Mariano me provoca-sabe lo que pienso y siento- diciendo: “Me gusta porque le gusta a la gente”. ¿Y Josè Larralde pienso como antinomia ?. No cambiaría una sola palabra del viejo sentado con su sola guitarra, por todos los saltitos practicados del dueño de “la llave”. Abrirá y cerrará su ciclo con ella, pienso.


Y cantan de lo lindo, faltan los celulares prendidos para que la cocina se convierta en un petit estadio. Y a mi no se me mueve un solo sentimiento de los  que sí laten al compás de cualquier tema de Hugo Jiménez Agüero: “Cerro, cerro de mi patagonia, bien sabés porque, tanto te amo…”. 

Allí hay un pais olvidado, un paisano que lo describe en una de sus regiones mas olvidadas y un paisaje que todo ojo humano que lo observa se siente anonadado. País, paisano, paisaje. Tres palabras que empiezan igual. 

Y escucho ahora a Abel Pintos y siento que tienen razón, que a “la gente” le gusta, pero igual lo pongo bajo el manto de un paraguas protector. Abel no es la década ganada, sino la posibilidad de que muchos puedan pagar la entrada a sus festivales rebalsando de estrofas melosas, exageradamente, como si el amor necesitara de esas cucharadas recargadas de una miel que jamás tira una frase colectiva. 

¿Acaso se pueden cantar canciones de amor en una Argentina que necesita mucho mas del amor colectivo a una causa?. Me quedé atascado en un instante de la vida familiar, pero no pude con mi carácter condenatorio a los temas  chorreantes “nocherescos” o en este caso “abelpintescos”. 

Son individualismo puro,  que solo caerán por su peso de egoismo y allí, en ese mismo instante, la poesía de Larralde ocupará mayor lugar en “la gente”: “No quiero cerrar mi puño, pero mi puño es la libertad”

Hay mas amor en esa frase que en cualquier laberinto de lo que escucho cantar con tanto ahinco. 

Pero debo confesar algo: son mas felices ellos y hasta quizás tengan razón. Los quiero por eso, porque no me dan pelota.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tiene toda la razón del mundo, maestro! Un abrazo

Pablo López

década robada dijo...

Modin que quedo? Hay que volver avescuchar aldo