sábado, 19 de noviembre de 2016

"...LOS QUE TRAS MIO VENDRAN"

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El pasado debe iluminar con luz poderosa las cuestiones cotidianas. Es la forma como los pueblos dan cuenta de la historia como la política de los ancestros y por lo tanto, ver las decisiones políticas de hoy como el relato histórico que tendrá lugar en el futuro.

Al efecto me detengo en el golpe de estado a Juan Domingo Perón. Mas precisamente en los volantes que aviones mediantes se tiraron cual metralla ideológica sobre todas las poblaciones del sudoeste bonaerense, motorizadas por la fuerte presencia de la Armada en la zona de Punta Alta/Bahía Blanca (la base Espora).

Los volantes fueron impresos por los talleres del diario bahiense "Democracia" (¿Paradojas no?).

Decìan lo siguiente: "Camaradas. No os dejéis engañar mas por un gobierno que ya está muerto. La Marina, en unión del Ejército y la Aeronáutica han derrotado a la tiranía. Plegaos al movimiento que hoy ha triunfado. No queremos derramar sangre inutilmente. Todos debemos participar de esta hora gloriosa para la PATRIA, que por fin ha conseguido la LIBERTAD" (Las mayúsculas son del volante)

Interpretemos: Caído Perón, aún se estaba en duda respecto al resultado de los acontecimientos. De ahì que la frase "Ni vencedores ni vencidos" pronunciada por el ingenuo Lonardi, mutaría rápidamente por otra donde quedaría claro que había vencidos: los Peronistas y en un sentido mas amplio: un proyecto de nación independiente, justo y soberano.

Cuando el golpe se instaló definitivamente y la resistencia se comenzaba a organizar, un más "apto" Pedro Eugenio Aramburu reemplazaría al ingenuo, en tanto, desde la Vicepresidencia, el "arratonado" Isaac Rojas, mantenía su puesto.

En definitiva a sus órdenes se había bombardeado Plaza de Mayo en las jornadas de Junio de 1955 y las destilerías de Mar del Plata en Setiembre de ese mismo año.

Sería la resistencia de los trabajadores y más tarde de los jóvenes, los que traerían de vuelta al líder depuesto, aquel que con la sabiduría de los grandes sentenciaba: "Bueno me harán, los que tras mío vendrán".

Quizás esta frase nos sirva para auscultar el presente. Hasta la próxima nota.

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