martes, 3 de enero de 2017

"EL REY ESTA DESNUDO"

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Quizás analizar lo sucedido con nuestro intendente sea la mejor forma de comprender la naturaleza de los ataques gratuitos que recibió.

Análisis que obliga-para  ser honesto con la información que todos los treslomenses manejan-remitir al pasado cercano, para ver claramente de donde y como venimos.

El mismo "Cambiemos" que está hambreando al país, desentendiéndose de las múltiples situaciones que dan cuenta de ello: mayor exclusión, caída del salario real, hombres, mujeres y niños en situación de calle, desindustrialización, paritarias raquiticas,  quiebre de pequeñas y medianas empresas, despidos, desarticulación del mercado interno, etc, etc, ese mismo "Cambiemos" en ropaje treslomense (el radicalismo domesticado por el domador que perdió su látigo), ese mismo, se horroriza y aulla.

 Y entonces el parte de prensa de pluma conocida aparece presto: "En la mañana de hoy, el intendente semidesnudo, en patético y decadente espectáculo, gritando e insultando en el medio de la calle...habría agredido a un jóven". Y luego, los Cervantes aborregados al látigo que ya no chasquea como antes, juegan su carta mas brava:  "otro de sus habituales abusos de autoridad y reacciones violentas", sin evaluar siquiera que la memoria existe y que el pueblo de Tres Lomas suele utilizarla.

Diría alguien en lenguaje popular: Escupieron para arriba.

Simplemente quiero recordar, que el autoritarismo es mucho mas viejo que el echo puntual del escape libre y el "corte" de las motos y que lejos está nuestro actual intendente de acercarse siquiera a esta cuestión. Pero hay que poder pensar la matriz autoritaria y su devenir en democracia. Y el hombre del látigo siempre nos recordará que así se gobernaba. Por eso el escupitajo termina por bajar, para cumplir con la ley de gravedad (un echo físico) y para cumplir con la ley de la política (un echo cultural e ideológico).

El autoritarismo se define por varias cuestiones. Una de las cuales es la concepción de la autoridad que tenga el dirigente. Hay quienes creen que la relación entre el que manda y los que obedecen, no está basada en un acto de aceptación y de libertad, sino en una sumisión incondicional, sin análisis, simplemente el látigo, su chasquido y la cerviz baja de los obedientes a cualquier costo. Pues bien, quienes hemos vivido los últimos 15 años en Tres Lomas, sabemos que no estamos refiriéndonos al actual intendente.

Nadie niega que siempre existe una forma, una cultura de relacionarse entre el que manda y el que obedece. La diferencia estriba en que algunos lo hacen por senderos oscuros, arduos, donde los que son dirigidos tienen que defenderse de los ataques del que manda. Ese es un sistema autoritario basado en la fuerza simbólica del que ejerce el poder, el que obedece sabe que el de arriba le aplicará indefectiblemente la ley del gallinero, lo hará solamente si osa pensar distinto, y si encima se anima a decirlo públicamente, solo el escarnio, la humillación, el ostracismo y la desproporción de fuerzas lo intentarán aplastar. Sí, también en democracia hay precios que pagar.

Tres Lomas, vivió esta matriz autoritaria durante mucho tiempo, casi una aceptación del sistema del látigo y la zanahoria, una especie de personalidad colectiva proclive a la sumisión espontánea. Pero hay una explicación para ello: esta situación  no se construye de la noche a la mañana, requiere de antecedentes anclados en años de historia inmediatos, siempre estimulados en forma constante por quienes ejercen el uso del látigo.

Cuando planteo que este sistema se construyó en el tiempo- y quiero ser explícito en esto- no hablo solo de la última dictadura militar a nivel local, sino a los tiempos mas cercanos, donde el derecho al voto se ejerció, las legalidades no son sospechadas, aunque sí, las legitimidades conformadas en el ejercicio del poder. Este autoritario de látigo llevar (para con todos;  actores personales, instituciones, organizaciones, empleados municipales, etc, etc) acude siempre a una combinación sutil de otorgamiento de gratificaciones a los "obsecuentes leales" y estimulación de la inseguridad social para los que no acaten.

Ya Erich Fromm escribió "El miedo a la libertad", donde con claridad denuncia que los autoritarios, usarán siempre  métodos  de mando y de toma de desiciones, donde predominará la forma inconsulta, el capricho, la obsecuencia y la subestimación de los sectores gobernados, a quienes siempre, considerará inferiores.

No hablo de nuestro actual intendente, cuento con su memoria amigo lector.

Pero en algo daremos la razón a "Cambiemos". El intendente salió en cueros a la calle, aunque a mi entender salió vestido. Salió como es él, creible. Yo me hubiera bancado los "cortes" de las motos y hubiera dejado que llegara la policía para arreglar el tema. Pero no, el tipo salió e intentó a su manera dejar en claro lo que pensaba del tema. Algo cambiará seguramente.

Se "indignó Cambiemos" y lo vió en cueros al Intendente actual, pero fueron incapaces de señalarle al anterior, que aunque se pusiera las mejores marcas de ropa encima, el pueblo de Tres Lomas lo vió tal cual era y en las elecciones comenzó a decirlo: el rey está desnudo.

Dice el cuento que nadie veía al rey desnudo, estafado por un sastre que le hizo un traje invisible y que "solo los tontos no podrán ver". La gente de ese reino que vivía en el palacio, obsecuente con su rey, decía ver el traje, pero la verdad es que estaba en pelotas. Hasta que un niño, fuera de los muros del palacio, cuando un día el rey daba un paseo con su traje invisible, pronunció la frase que cambiaba la historia: EL REY ESTA DESNUDO.

Es cierto, el actual intendente no ocultó su torso, ni sus acciones y ahí hay un valor que no debe ser relativizado por un purismo que no va al fondo de las cosas. El otro intendente, el hombre del látigo, el paladín de "Cambiemos", el cómplice de quienes hoy nos gobiernan en la Nación y en la Provincia, anduvo desnudo mucho tiempo, pero los que hoy vieron el cuero espontáneo de uno, siguen viendo del otro lado la mejor de las vestimentas. Memoria, solo memoria.

 Es que la frase del sastre tramposo ejerce su poder en el tiempo; "Solo los tontos no podrán verlo". Nadie quiere acercarse a esa calificación.

Cuando se aprende a mirar, cuando los pueblos ganan en conciencia, allí donde hay desnudez se verá el mejor de los trajes. Y al revés, allí donde para los que viven "en palacio" hay perfección democrática, verán la verdad y la desnudez, que en política no equivale a la falta de ropa, sino de escrúpulos.

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