Hoy conmemoramos su muerte por una necesidad de calendario escolar, pero es su vida la que debe mensurarse en el presente. Ya reemplazó a Belgrano, ya “apuró” la declaración de la Independencia, ya organiza el ejército en Cuyo con el que cruzará la cordillera. Ya sabe que no es fácil la tarea y que el enemigo lo fusilará si cae prisionero....y lo hará con gusto.
Al fin y al cabo San Martín, visto desde España, no es mas que un traidor (formado en la carrera militar en la península ahora combate contra ella). Pero desde aquí, desde la patria grande que él imaginó y por la cual luchó, es un hombre valiente que supera las contradicciones y avanza con los que creen en él. Y son muchos.
No habrá en este proceso revolucionario iniciado en Mayo de 1810, lugar para timoratos ni traidores.
Por eso, instalado en Cuyo, a dos frailes franciscanos que no son partidarios de la Revolución, los suspende de la facultad de confesar y predicar. No habrá púlpito, ni sotana, ni sermón reaccionario, ni ostia siquiera , que esté por encima de los intereses nacionales. A todos los curas les recomienda que en sus sermones “hiciesen ver la justicia con que la América ha adoptado el sistema de libertad” y asusta al padre Zapata, que no está conforme con que lo llamen “San”, y quiere que le digan Martín a secas.
Durante el tiempo de la formación de su ejército y la preparación de su plan de campaña en Mendoza, cuida especialmente de desorientar al enemigo. Nadie, ni siquiera sus allegados, sabe por qué parte de la Cordillera (“a cuyo lado son pigmeos los Alpes”) echará sus tropas en dirección a Chile. Solo él lo sabe. Algunos de sus jefes desean, naturalmente averiguarlo, por afán sincero de colaborar. San Martín no dice una palabra al respecto, hasta el momento de dar sus órdenes que no admiten observación. Y cuando lo apuran con esa información él contesta: “Mire usted, si mi almohada lo supiera, a mi almohada quemaría…”. Sabe que el enemigo es poderoso, por eso mantiene el secreto y ejecuta cuando es necesario. Inesperadamente. Justo lo que más les duele.
Ya en Chile triunfa en Chacabuco y es derrotado en Cancha Rayada. Días mas tarde pronuncia el primero y último discurso de su vida. Dice así: “¡Chilenos¡. Uno de aquellos acasos que no es dado al hombre evitar, hizo sufrir a nuestro ejército un contraste. Era natural, que este golpe inesperado y la incertidumbre, os hiciera vacilar; pero ya es tiempo de volver sobre vosotros mismos y observar que el ejército de la patria se sostiene con gloria al frente del enemigo; que vuestros compañeros de armas se reúnen apresuradamente y que son inagotables los recursos del patriotismo. Los tiranos no han avanzado un punto de sus atrincheramientos. Yo dejo en marcha una fuerza de más de 4000 hombres, sin contar las milicias. La patria existe y triunfará y yo empeño mi palabra de honor de dar en breve un día de gloria a la América del Sur”
3 comentarios:
Al autor del blog:
¿Que pensas que debe hacer Cristina en el supuesto caso que se produjera una guerra entre Venezuela y alguna otra nacion( Colombia,EE.UU.)?
A mi me gusta Arturo Jauretche: Las batallas son políticas. Argentina debe bregar porque los pueblos de los países hermanos (Colombia y Venezuela lo son)puedan encontrar el doble camino de su autonomía y de su entendimiento mutuo. Y al mismo tiempo, oponerse con mucha firmeza a la instalacion de bases militares de EEUU en el territorio de América Latina. No hay justificación alguna para su existencia: ni el narcotráfico, ni el terrorismo son argumentos válidos. Por primera vez América Latina está respirando con un ritmo propio a través de gobiernos populares, aunque el poder económico resiste para no perder privilegios. Allí está la madre de todas las batallas, ser capaces de brindar mayores niveles de equidad social.
Muy bueno
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