EL MACETAZO

Todo macetero es un intento de aislar un ambiente. Allí aparecen flores en medio de un patio de lajas o plantas exóticas en un ambiente criollo.

La maceta es eso, es un intento de embellecer pero aislando, salvo que la sumatoria de macetas impida la fragmentación y el todo se lleve "puestas" a las partes.

¿Cómo se "leen" las macetas treslomenses?

Allí están, en todas las esquinas céntricas, gigantescas, del plástico mas duro, rellenas de piedra abajo y tierra arriba, mientras en su inmensa bocaza asoma un triste y pálido arbusto que intenta justificarlas.

No resultarían feas en el ambiente adecuado, de hecho en el parque integrado o mas pomposamente "bioparque" no desentonarían, allí se integrarían a un paisaje que las incorporaría como un elemento decorativo interesante.

Pero puestas como "distribuidores de tránsito" en el centro treslomense, se alzan aisladas, brutales se las ve, incómodas para el manejo, peligrosas para todos los que entienden de volantes y grotescas en su intento turístico.

Quizás sean algo más que artefactos que busquen cambiar nuestros malos hábitos de manejo.

Quizás nos hablen de otras macetas, de macetas mentales, de intentos de "aislar" ambientes, de negar una realidad mas heterogénea y mutarla por otra que entre "en una maceta"

Quizás en ellas se refleje el Tres Lomas "pueblo lindo", o el mas que dudoso (por ser amable) crecimiento de población y vivienda del distrito (un 17,5 %, al lado de un poderoso Trenque Lauquen que solo lo hizo en un 7 % o un discreto Salliqueló que perdió habitantes). O la intervención declarada para burlar la ley de educación y excluir a un alumno. Esas también son macetas. Otras. No son tan fáciles de correr y decorar otro lugar, esas se quedan.

O quizás las macetas nos muestren nuestro aislamiento como uno de los poquisimos distritos de la provincia de Buenos Aires que aún no tiene cloacas, o el inexistente asfalto construido, o el mediocre sistema de desagues, o el atraso en los planes de vivienda o el asistencialismo seleccionado, como una forma perversa de capturar voluntades, exacerbado, impúdico.

O lo que sería peor, quizás esas macetas enormes que impiden ver con claridad al que viene del otro lado, nos hablen de "macetas mentales", de islas que debemos sacudirnos, de locuras personalistas y caprichosas.

Macetones: los perros protestan porque no alcanzan a piyarlas, los empleados municipales no saben como harán para regarlas o cuidarlas de la hormiga, los chicos de las motos no saben si podrán esquivarlas, los choferes de micros putean porque no alcanzan a doblar, los automovilistas creen que son exageradas para el intento de mejorar el tránsito y la población en general ha decidido piadosamente hacer silencio.

Amesetarse es malo, significa quedarse en el mismo lugar, no ganar altura, no provocar ningún cambio en la vida de la gente.

Pero el verbo nuevo es AMACETARSE, ese es el cambio sustancial que el gobierno local le está ofreciendo a la población. Habrá que aprender a conjugarlo. Vamos juntos: Yo me amaceto, tu te amacetas, él se amaceta, nosotros nos amacetamos, vosotros os amacetais y ellos se amacetan.

¡Ven que se puede¡. Solo hay que ponerle ganas...

Socorro, yo no quiero ser un malvón.