jueves, 15 de agosto de 2019

LA TEMPESTAD




Sin importar que filósofo lo dijo, creo como aporte al análisis que  "Todo lo grande está en medio de la tempestad" y sería deseable  pensar que algo "grande" surgirá después de la tormenta del Macrismo y sus empoderadores: capitales concentrados, medios hegemónicos que blindan, el "campo" Argentino , los usureros de la banca y todo lo que sabemos al respecto, forjado  a fuerza de machacar con el diagnóstico, al punto de poner demasiada energía en el mismo y no tanta en mostrar la fuerza política que como un martillo se abatió en las PASO. Pero ya fue. Lo hicimos.  El martillo sirvió. 

A mi entender la "tormenta"- que no es un ejemplo de la naturaleza sino de la vida de los Argentinos- lejos de amainar , también se prolonga  durante  estos 2 meses que faltan hasta las elecciones generales y  los otros 2 meses hasta asumir el poder legalmente el 10 de diciembre de 2019.

La legalidad de Macri surge de sus votos conseguidos dentro del sistema democrático en 2015 y 2017.. Su ilegitimidad la cosecha merecidamente en los 3 años y medio de gobierno  porque despreció los intereses de la inmensa mayoria de los Argentinos y postró a la patria de muchas maneras, en las que la deuda externa es solo una de ellas.

La legalidad de Fernandez está en construcción, el tranco de las PASO está dado, falta la elección general. Su legitimidad está intacta, una inmensa mayoría del pueblo Argentino derrotó  el proyecto que se quiso imponer como verdad para todos, siendo que solo eran los intereses camouflados de una porción minoritaria.

El primer peronismo surge en medio de la tormenta, con un trabajo previo desde 1943 hasta la jornada del 17 de Octubre de 1945. Y ahì, en esa jornada tormentosa de un Perón preso y pueblo movilizado, sin dirigentes que conduzcan la totalidad de las masas  surgiò el mas grande líder popular del siglo XX.  Tempestad pura.

Y Néstor es producto de un proceso que a costa de diferenciarse en el contexto, se asemeja en lo escencial. El país explotado en 2001, la muerte en las calles, la endeblez institucional, el que se vayan todos, el estado popular asambleario y en ese caos, en esa tormenta,  las elecciones que catapultan-tímidamente debemos decir- al hombre del sur como un nuevo líder del siglo XXI y debe construir poder allí donde no lo había. De un pueblo esperanzado construye poder, de su enorme legitimidad de acción construye e inicia un proyecto que durante 12 años marcó a los Argentinos.

¿Y hoy que hacemos?. Me asaltan algunas dudas. ¿Será que solo hay que esperar los tiempos constitucionales y mientras tanto esquivar los embates de la realidad? ¿Que lo mejor que nos puede pasar es que Macri termine su mandato, aunque deje jirones? ¿Que de esa forma quedará demostrado que su fracaso dentro del sistema democrático es mas que visible? ¿Que los hombres y mujeres del  pueblo podremos ver las razones por las cuales el partido militar ofició durante el siglo XX de brazo ejecutor de la política de los poderosos? ¿Que solo el cumplimiento estricto de  los tiempos constitucionales harán que el fantasma de un peronismo destituyente se diluya?

Estas son mis dudas y por eso me huele a poco el "Macri hacete cargo" y los floridos descargos de nuestra propia dirigencia política. ¿No hay en la calle otra demanda mas profunda que tiene que ver con lo básico de la vida? ¿Acaso alcanza con la "emergencia alimentaria" y la caterva de análisis de intelectuales y artistas que a veces fijan la agenda?. ¿Que el gobierno deja una bomba activada?. Chocolate por la noticia.

Si todo lo grande surge de la tormenta, pues la clase política que gobernará el país estos próximos cuatro años y la cual apoyé electoralmente , debe pensar rápido y bien. No sea cosa que por esperar exageradamente los tiempos de lo políticamente correcto, nos comencemos a timbear como simples burócratas, la legitimidad conseguida.

El patético mensaje por whatsapp del presidente al futuro presidente, la clase en la facultad de derecho que impidió atender un llamado, la firma solicitada para que "Macri se haga cargo", me huelen a país socialdemócrata de problemas bastante solucionados. La herida nuestra sangra, es mas brutal, los diagnósticos que la desnudan parecen un tango de los años 30.

Esperar un tiempo valioso donde sabemos que todo puede empeorar para los mas pobres y necesitados y para la patria desnuda,  no es precisamente lo que imagino como posibilidad real de arrojarse sobre los acontecimientos, arriesgando es cierto, pero convencidos que la tormenta, que nunca es cómoda, llenará algunos ojos prístinos de arena, pero comenzará a solucionar antes los problemas para los cuales quisimos llegar.

Si las respuestas son solo politicamente correctas , llegaremos mas cómodos en términos de dirigencia política, pero en la tormenta política y económica  de estos 4 meses no estaremos presentes con la potencia de los hombres situados. "Creo que el dólar a $60 está bien", es solo una pálida forma de arrojarse a lo que viene.

Es que Alberto ya no es un precandidato, aunque formalmente lo sea, sino algo mas y tampoco es un presidente electo.  Para todo esto sirvieron los votos, pero su identidad depende de otra cosa. Es algo en lo que se debe convertir:  un líder popular, que comprenda el momento y se lance mas aventurado a detener la sangría que los que nos gobiernan no solo disfrutan, sino que de ella se alimentan. Como lo hicieron siempre.

Si los mas postergados, los desprotegidos, marginados, excluidos, los que se cayeron del "centro" y alimentan las "periferias", los pobres, los nuevos pobres, los despedidos, etc, etc. Si todos ellos están en medio de la tempestad defendiendo lo que les queda, sumando el mango para comer,  ahí, en ese mismo lugar- situadamente, incómodos, lanzados y embarrados-  tiene que estar la dirigencia política que puede hacerlo.

O sea, nosotros.

Lejos de perder elecciones, solo esto nos garantiza- sin polarizaciòn de vidrios- construir desde la incomodidad, una mayoría mayor a la obtenida.


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