Los grandes pensadores nacionales, los que plantearon que habìa que pensar todo de vuelta, los Forjistas de la dècada del 30, los que,
viniendo del Radicalismo Yrigoyenista se plegaron al Peronismo como continuidad
del movimiento històrico lo denunciaron con toda claridad.
Scalabrini tiene en sus trabajos algunos textuales
imperdibles: Primer ejemplo: Julio Roca (hijo) en misiòn diplomàtica a
Inglaterra por el tema de las carnes y transportes: “La Argentina , por su interdependencia recìproca, es,
desde el punto de vista econòmico, una parte integrante del Imperio Britànico”
Para no ser menos, el asesor “argentino” sir William
Leguizamòn, director de los ferrocarriles ingleses en nuestro paìs dice: “La Argentina es una de las
joyas mas preciadas de la corona de su Graciosa Majestad”.
Por último rescato las declaraciones de un diputado inglès: “Siendo
de hecho la Argentina
una colonia de Gran Bretaña, le conviene incorporarse al imperio”.
Pero la lucha de FORJA (Fuerza de Orientación Radical de la Jòven Argentina ) realizò buena
parte del esclarecimiento necesario , de un pensamiento genuinamente Argentino, que
terminarìa por concretar el Peronismo durante sus dos primeros gobiernos.
Scalabrini iba mas lejos aùn: “El radio de influencia de los
ferrocarriles ingleses desborda de la órbita industrial y extiende su contaminación
nefasta a todas las actividades del paìs…se dice que los ferrocarriles tienen
poder suficiente para hacer y deshacer gobiernos”.
Luego llegò Peròn y junto con su Ministro de Hacienda, don
Miguel Miranda, que era un verdadero burguès nacional, se nacionalizaron los
ferrocarriles, aunque los agoreros de siempre titulaban que era un mal negocio.
Esa foto con trabajadores ferroviarios, tomada en 1948,
parados en la trompa de la locomotora y el cartel “Los ferrocarriles ya son
Argentinos”, dicen mas de la soberanìa que cualquier manual al respecto.
Y asì como en los 90, se asistiò a un embate devastador
contra las empresas del estado, que devino en la privatizaciòn de las mismas,
previo trabajo demoledor del inventor de “doña Rosa” y el déficit, etc, etc, hoy,
parece haber vientos de cambio y la pregunta se vuelve a instalar: ¿Los
ferrocarriles deben ser del estado?.
La respuesta sigue siendo: Sí: en un paìs como el nuestro, en pleno
desarrollo, las empresas estatales han jugado y deben jugar un papel decisivo
en una polìtica independiente.
Asì como el comienzo fue la instalaciòn y manejo de los
ferrocarriles en manos Inglesas y en menor proporción Francesas, en funciòn de
sus intereses nacionales y no de los nuestros, en funciòn de los intereses de
aquella oligarquía terrateniente argentina desentendida de la suerte de las mayorías.
Y luego la presencia del estado peronista tomándolos a su cargo. Y en su caìda
el plan Larkin como la punta del iceberg que terminò en el desguace de los 90, hoy
es bienvenida la pregunta.
Pero cuidado. No debe quedarse en ferrocarriles
pensados “metropolitanamente”. Hay que mirar nuevamente el mapa Argentino, ver
las lìneas fèrreas del pasado y que se puede hacer efectivamente en el
presente, para que los pueblos del interior tengan una alternativa a la
dictadura del auto y el colectivo y para que la producción se pueda transportar
barata y no sòlo en beneficio de los concesionarios que solo piensan en su
beneficio.
Basta un ejemplo: Ferroexpreso Pampeano, con ese nombre telùrico, oculta intereses de
una gran empresa, que solo le importa su bolsillo y poco y nada el destino de
la gente, de los parajes rurales, de los pueblos y mucho menos el de la naciòn
y su soberanìa.
Me preocupa que cuando escucho de funcionarios nacionales nombrar "la lìnea Sarmiento", suene a un final en Moreno y no pensada en adentrarse hasta Villa Maza o Carhuè. Esto no se soluciona con la compra de algunas "formaciones" a los Chinos, lo que llevò años destruir, debe construirse nuevamente, de acuerdo a los tiempos actuales y favoreciendo a todo el paìs, no solo a los hombres y mujeres del sufriente conurbano, sino tambièn a las pampas sojizadas, con éxodo, invisibilizadas.
2 comentarios:
Completamente de acuerdo, aún si el tren circulara a 50 km/h pero tuviera una tarifa popular, prestaría un servicio inimaginable para muchos compatriotas que no pueden ver a sus familias o vacacionar por el cepo de las empresas de transporte automotor..
José Luis Prieto escribió: "Gracias por la publicación, Grillo. Es alentador que se instale, siquiera, el tema y que trascienda la mirada política, para encarrilarse hacia una necesidad social, que es tan grande como la aniquilación y la desidia que se pasearon por las vías de nuestras redes ferroviarias todo este tiempo. Y si es, será tarde. Pero dejará, al menos, de ser "nunca más"."
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