El Rabino Bergman zafa bien, su fé pagada con suculentos sueldos lo atestigua. Es simple: rezar para que llueva en La Pampa donde 600.000 hectàreas de monte ùnico en el planeta (Caldenal Pampeano) se carbonizan entre llamas voraces. Es simple: Rezar para que deje de llover en la regiòn central de Santa Fè y Còrdoba, donde las poblaciones y los propietarios agropecuarios desesperan ante la inacciòn.
Rezar no tiene nada de malo, pero existen distintas formas de hacerlo. Una vuelta un cura le dijo a una pareja que habìa casado hacìa 25 años: "¿Ustedes se toman de las manos como les aconsejè y rezan todas las noches?". La pareja que habìa criado 9 hijos en la voz de uno de ellos contestò: "Nuestra forma de rezar fue criar nuestros hijos".
Pero el rabino insiste en el otro rezo, el que nada hace. Espera. Lo hace ante la insensibilidad del gobierno que integra y ante su propia insensibilidad, porque en todo rezo pasivo se encuentra la pura espera y nunca la acciòn comprometida, eso es la política.
Los cuatro elementos: Agua, Fuego, Tierra y Aire que desde tiempos milenarios aparecen como una especie de esencia de la propia Naturaleza, sin que la Ciencia los haya desmentido del todo en su mirada mas empìrica: estado líquido, estado gaseoso, estado sólido, parecen alumbrar el momento.
Me gusta hablar de los 4 elementos, los que hoy como si avizoraran un futuro sin futuro se rebelan. El fuego està en La Pampa y Río Negro, el agua està en buena parte del Litoral, la Tierra está en los desalojos impiadosos del ex Paledai (ex Patronato de la Infancia) en el barrio de San Telmo.
¿Y el aire?. El aire está irrespirable, en una Argentina donde el Rabino se lacera en su claustro y el presidente Macri permanece en su residencia de los Lagos del Sur. Como siempre...helado.
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