Dice Peròn en “La Comunidad Organizada ”:
“Ni la justicia social, ni la libertad, motores de nuestro tiempo, son
comprensibles en una comunidad montada sobre seres insectificados…”
Siempre existieron los neologismos, es decir las palabras
nuevas o inventadas, en este caso, Perón alude a una sociedad entendida como
una colonia de insectos, donde toda individualidad o personalidad se “pierde”
en la masa. Crítica muy frecuente en la actualidad, escondida en frases como: “les
pusieron el micro”, “por la coca y el chori”, “son todos pagos” y otras
descalificaciones.
El acto del comienzo de sesiones ordinarias del Congreso
para 2015, mostrò el rostro humano de la acciòn colectiva, contenida en un
proyecto polìtico, que mas allà de las profundizaciones que legítimamente pueden
reclamarse, debemos reconocer que ha calado hondo en una porciòn mas que
importante de la sociedad Argentina y en forma especial en los jóvenes. Y calò porque convence. Y lo hace por sus logros.
No hay aquì “insectificaciòn” alguna, sino compromiso con el
accionar polìtico que devino en la adquisición de derechos que no deben volver
atrás.
SI, el discurso del proyecto duró 3 horas y 40 minutos y su formidable
intèrprete abordó en forma integral todas las aristas de nuestra sociedad, en
cualquiera de los terrenos que quiera observarse: es cierto que arrancó por la
política económica o la economía política (ambas palabras juntas ha sido un símbolo
distintivo de estos 12 años de gobierno), pero luego se deslizó hacia toboganes
comprensibles para cualquiera. Lo mismo
que hacía Perón con don Miguel Miranda, un burgués exitoso, sin título de
economista, pero con mucho “estaño” en el lomo de los negocios. El mismo que negoció con los Ingleses la compra de los ferrocarriles para que la Argentina soberana los administrara. ¿Parecido no?
Del otro lado la oposición encolmenada y entre ellos los
aliados de Sanz y sus acólitos, porque sería injusto decir que todo el
radicalismo tomó ese veneno que sí, los “insectifica”, porque los ata a un
proyecto que sus bases, sus líderes ya muertos y sus banderas históricas aunque muchas veces contradictorias, jamás podrán justificar, porque apunta a alejarse de
la justicia social y al producirse resistencias bienvenidas, apuntará sin duda
al quite de libertades y derechos. Injusto sería no reconocer a Leopoldo Moreau que adhiere a este proyecto que encarna Cristina, que
debe explicarse, incluso a los confundidos, una y mil veces, revolviendo el
hormiguero, para que se humanice en causa colectiva. Causa y régimen. El radicalismo sabe mucho de esto, aunque el de Tres Lomas se haya olvidado.
Y si algo faltaba para que la “insectificaciòn” posara su
lupa en los individuos concretos, bastó el anuncio de la estatización de los
ferrocarriles y la gastada a Pinedo. La
V que se dibujó en su mano fue la de “vayanse” pero jamas la de
victoria.
Rato mas tarde, fue su jefe Mauricio el del discurso que
duró 20 minutos , el tambièn jefe de María Eugenia “Pía” Vidal, que nos honró
con su distinguida presencia hace unos días en nuestro pueblito rural del oeste bonaerense. ¡Que casitas tan bajas¡ dicen que dijo...simpáticamente.
A Macri su jefe volvemos: veinte minutos de
¿vacìo polìtico?. No, mas bien de una forma de entender la política, que debe
quedar en unos pocos, a los que no hay que “aburrir con discursos rebuscados,
ni cifras ni ideologías”. Hablémosle como si fueran “insectos” en definitiva, “mostremos
la gestión” que con eso basta, piensa el pro, escondiendo que en esa mirada
también está presente “la política”, camouflada y engañosa , no en combate como
la puso la presidenta en el Congreso.
Lo de Cristina fue la mirada estadista que todo lo
relaciona, que sin perder profundidad, hace comprensible lo que históricamente
nos han contado difícil, un discurso con “estaño” diría Jauretche. Cristina, alejàndose de la “insectificación”,
pese a la marea humana que la acompañó, dejó en claro que para alcanzar el fin
de la justicia social y tambièn de la justicia como uno de los poderes de la
república, es indispensable que todos los hombres y mujeres, esos “todos y
todas” con los que machaca, participen en igualdad de condiciones de los bienes
que se producen y lo que es mas importante, participen de las decisiones
respecto de su propio destino, única forma de lograrlos primero y sostenerlos
después con entrega, mìstica y militancia. Fue una lección de alta política en moldes populares.
El final genial que los medios hegemónicos pusieron a su
alcance, casi como un regalo, fue demoledor. La frase que utilizaron: “no será un gobierno cómodo el
que deje”, fue tambièn la forma de hablarle a los considerados “insectos”,
a los masificados por la mentira sistemática y cotidiana que desde hace años inyectan en la población. En cambio Cristina,
con dialéctica revolucionaria, peleando como leona por el sentido de las
palabras que presagian el pensamiento, le habló a cada uno y al colectivo: “que
sea cómodo para el pueblo y no para los dirigentes”.
Y la invitaciòn, al toque, para que esa frase no se diluya
en aplausos solamente; a militar mas que nunca, en triunfo o derrota, para que
lo logrado no sea quitado. Superincómodo para todos, también para nosotros los
que abrazamos el proyecto popular, porque su pronunciación en ese discurso
inolvidable, fue como un insecticida que
nos aleja de la pasividad y nos coloca en el centro de la escena: defender lo
logrado, organizarse, politizarse y explicarse.
Para colmena u hormiguero, para Darwinismo social están los juntadores
de votos sin propuesta, los que deberán estar incómodos siempre que el pueblo
convencido luche por una patria mas justa.
Me curo en salud y ya le estoy contestando a un amigo: ¿Tanto hay que polarizar Griyo?. Respuesta: SI
No hay comentarios:
Publicar un comentario