miércoles, 9 de marzo de 2016

CON LO NUESTRO: VIVIR



En 1983, en plena apertura de la democracia recuperada, con la mirada totalmente puesta en los crìmenes de lesa humanidad que perpetrò el Terrorismo de Estado del "Proceso de Reorganizaciòn Nacional", aparecìa un tanto marginal la cuestiòn de la sociedad civil y de los grandes beneficiados econòmicos durante esos años.

Y allì, como todo intelectual debiera, sin vanguardismo que aisla, aparecía en noviembre de ese mismo año, el libro "Vivir con lo Nuestro" del reciente fallecido Aldo Ferrer.

Fue el ministro de economìa màs jòven de la provincia de Buenos Aires, entre 1958 y 62, cuando acompañò desde esa cartera al "bisonte" Oscar Alende.

Y Aldo Ferrer, sin ser el economista del Partido Intransigente, era el intelectual orgànico-de lo que se puede llamar una izquierda nacional- mas parecido a lo que Antonio Gramsci escribiera desde las frìas càrceles fascistas.

Desde ese año, hace ya 36 años, ese texto nos marcó a fuego desde su título mismo. ¿Como es que se puede vivir con lo nuestro sin depender de otros? ¿Era encerramiento en un règimen oscuro, o era una posiciòn inteligente de apertura al mundo pero priorizando el interes nacional?. La respuesta fue la segunda, bastaba leer el texto.

Es increìble, o mejor dicho, es creìble en este paìs que tropieza y tropieza con su propia historia, la vigencia de su obra y tambièn sigue siendo obligatoria su lectura. Acostumbrados a textos de economistas de la coyuntura, economistas documentados por el riesgo país o el precio de la "divisa", Aldo Ferrer va con el bisturí a fondo, para descarnar la trama oculta de nuestros males.

Y si la teorìa de la dependencia ha dejado de tener vigencia, sería hora que alguien se lo avise a la vida cotidiana, a la realidad, porque allí sigue vigente, con otros nombres, pero igual de lascerante.

"Vivir con lo nuestro" hacia hincapie en movilizar los recursos propios, solo que su aplicaciòn ahora en un mundo mas complejo, blindado mediàticamente a favor del neoliberalismo y que cualquier teoría (el desarrollismo también) demanda nuevas interpretaciones, pero jamàs olvidar el nùcleo de hierro que lo sustenta.

Ferrer, al igual que lo fue Jauretche, Scalabrini, Hernàndez Arregui, entre otros grandes, es un intelectual comprometido con su país (no con un partido), comprometido con la realidad de su patria y un crítico lúcido del pensamiento del nuevo liberalismo, mas camouflado pero con las mismas intenciones de exclusión y de país para unos pocos.

Aldo Ferrer ha muerto, lo que jamás harà  su obra, mejor dicho su prolífica obra, que comienza en "La economía Argentina", un clásico de los 70 y que eclosiona en este libro cuyo provocador título no es mas que una síntesis de su contenido: VIVIR CON LO NUESTRO

Vivir con lo nuestro no es aislarse, sino desarrollar un proyecto de nación, donde el pueblo se integre desde el trabajo y la producción, donde los centros internacionales de poder frenen su ímpetu expoliador y donde la patria sea mas que una canción de colegio, para convertirse en bienestar para las mayorías.

Aldo Ferrer deslumbraba en su lucidez mediática, deslumbra en sus trabajos y  decolló  en "Vivir con lo nuestro" , aunque haya argentinos que consideren esta hipótesis como imposible. Pero ahí está, hubo períodos de nuestra historia donde las decisiones políticas se acercaron al libro y otros donde fue guardado bajo la almohada. Quizás hoy salga de los anaqueles del poder político actual, quizás lo recupere la militancia, pero de una forma u otra , seguirá allì, siendo un candil en tanta noche que confunde.

miércoles, 2 de marzo de 2016

EL SECRETO DE TUS OJOS


 

A mi entender no se lo vio cómodo al Ingeniero presidente. Sí a su esposa, mucho mas capaz de soportar la presión de estar ante el Jesuita.

El papa pertenece a estar órden religiosa que peyorativamente comezó a llamarse "los jesuitas", pero cuyo nombre real es la "Compania de Jesús".

Esa órden, contiene en su seno (mas allá de Francisco), la flor y nata de la intelectualidad surgida del catolicismo. Y no desde ahora, sino desde su creación a comienzos del 1500.

Su formación incluye trabajos sociales, lecturas científicas, utilización mediática, docencia, trabajo educativo, manifestación política ,etc, etc. Es decir, fueron mucho mas allá de las tareas misioneras que todos los sacerdotes tienen.

Humildes y organizadores, así actuaron en América y reconocer esto no sustituye un ápice el hecho que fueron coercitivos al momento de implantar la religión católica entre los pueblos nativos.

Incomodaron siempre. Es famosa una frase de Napoleón Bonaparte al respecto : "Los jesuitas son una organización militar, no una orden religiosa. Y el objetivo de esta organización es Poder"

Quizás Francisco esté llamado a esto- a disputar con el poder despótico del capitalismo salvaje- y todos sus pasos recientes lo colocan en esa posición ante el mundo, un papa intelectual, un papa consustanciado con las realidades múltiples, un papa viajero con un sentido integrador, un papa denunciante de los abusos y defensor de los que menos tienen.

Ahí estuvieron el presidente de ojos celestes, frios y calculadores junto a su esposa, uno con el lastre del pequeño Larousse del neoliberalismo aplicado en 70 días en su país con consecuencias todavía no del todo visibles (eso lo sabe muy bien el jesuita) y su compañera con la sombra de los talleres clandestinos de la ropa que las "Julianas" de Capital Federal usarán sin prejuicio alguno.

Ahí estaban juntos, el intelectual católico mas brillante en su investidura de Papa, junto al hombre cuyo último libro leído ha sido-pienso a veces cuando lo escucho-  "Platero y yo". El estudio y el esfuerzo junto a la improvisación y la haraganería. Lo profundo y lo superficial, en el mismo plano de una foto.

Por eso es en la mirada y solo en ella donde descansa lo que no se dijo. El resto es folclórico. Por supuesto que el rosario que recibió Antonia la marcará de por vida a la pequeña y eso es una bendición para ella, pero a la pareja, la visita al Papa, la dejó un tanto en posición adelantada.

Los ojos de Francisco y de Mauricio, nos eximen de mayores comentarios.