
Casi las doce de la noche.
Cristina se había retirado un momento y Alicia Kirchner está junto al féretro.
De pronto se producen dos cánticos.
El primero protagonizado por un grupo de chicas jóvenes, parecían estudiantes, todas con rostros llorosos y voz ardiente.
"Cristina, Cristina, Cristina corazón
aca tenes los pibes para la liberacion"
El otro decía "Néstor Kirchner, no te voy a olvidar, a tu pueblo, supiste gobernar" y lo protagonizaron los integrantes del Movimiento Social Tupac Amarú, cuyo líder es Milagro Sala que rompió en llanto cantándolo.
Me parecieron dos fotos importantes.
La primera porque hacía mucho tiempo no escuchaba la palabra "liberación". En los 70 fue una de las más usadas e incluso en la renacida democracia de los 80, se hablaba en algunos partidos políticos de "la liberación nacional y social", en los 90 quedó como en un diccionario prohibido.
Otra vez esa palabra, que lejos de sonarme a eslogan, me resultó tan creíble, pronunciada con tanto convencimiento como es posible hacerlo. Les creí a esas pibas y todos allí les creyeron, también los no tan pibes.
Y Milagro Sala, tan vilipendiada por los poderosos, ella y su organización, reconociendo que Néstor Kirchner supo gobernar y por ello le estan agradecidos, los supo ver, los sacó del anonimato, los hizo visibles en una Argentina que intentó deshacerse de ellos durante el neoliberalismo.
El pueblo más sufrido y los jóvenes compartiendo ese mismo espacio, unos reconociendo lo hecho, otros proponiendo profundizar el proyecto. Ambos se complementan, porque no hay posibilidades de defender lo realizado sin seguir avanzando.
Todo amesetamiento será siempre un triunfo de los poderosos, porque aún queda mucho por hacer en todos los frentes.
Convertir ese potencial que desfiló ante la capilla ardiente del ex presidente, es la tarea pendiente, una militancia que pueda garantizar la difícil, pero maravillosa tarea de ir por más.