jueves, 5 de agosto de 2010

¿"DECALOGO DE LA ESPERANZA"?

















Bajo el pomposo título de "Decálogo de la esperanza" se colocó una cápsula de bronce en el cierre de la Sociedad Rural Argentina con la leyenda "Mensaje para las futuras generaciones 2010-2110"


Allí en distintos formatos se colocaron las portadas de La Nación y Clarín de ese día, cuestiones relacionadas al conflicto de la 125 y copias del programa institucional de la entidad de los megaproductores.


¿Qué pensarán las generaciones dirigenciales ruralistas del Tricentenario? ¿Habrán cambiado sumirada sobre el proyecto de país? ¿Habrán triunfado en el modelo de exclusión que en la acción explicitan? ¿Sentirán verguenza de Biolcati y sus posiciones actuales?.


Al respecto, me interesa rescatar, no precisamente los "diez mandamientos" que el hombre dueño de las calles públicas deja como un padrenuestro, sino algunos párrafos de su discurso previo.


Dijo Biolcati:


" Hoy somos cada vez más los que pensamos que el Planeta no debe ser un objeto de dominio sino un bien admirado y cuidado. La tierra nos ha sido dada como una ofrenda y no como materia de despótica posesión. La hemos recibido para ennoblecernos, ennobleciéndola, generación tras generación..."


Raras palabras en boca del dirigente aliado al paquete tecnológico de la Multinacional del Glifosato y la semilla transgénica, paquete que produjo una ruptura en nuestra propia soberanía alimentaria, alineando la producción con las necesidades de un mercado internacional despótico y despreocupado por la suerte del planeta.


Tampoco la tierra les fue dada como "ofrenda", al contrario, la tierra de la Sociedad Rural Argentina estuvo, está y estará manchada de sangre, producto del despojo de los pueblos originarios, la persecución y utilización del gaucho y la explotación de los chacareros arrendatarios.


La "generación Biolcati" y otras más jóvenes, aún no muestran síntomas de autocrítica en cuanto al rol que tienen que jugar en el país, dando el ejemplo de desprendimiento por ser precisamente los que mas tienen.


Dijo también:


" En el mundo se han consumido millones de hctáreas de bosques, pero también se han forestado millones de hectáreas nuevas. "



Cuestionable este concepto desde todo punto de vista, tanto histórico como coyuntural. En primer lugar porque en el Chaco, Formosa, Norte de Santa Fé, se han desforestado millones de hectáreas de bosques nativos, como verdadera "piel desollada" (al decir de Eduardo Galeano), con lógica de Pampa Húmeda, para sembrar soja, rompiendo con la biodiversidad de un bosque rico, "pueblos de árboles" que ahora se redujeron dramáticamente en su extensión.


Sì es cierto que se han forestado millones de hectáreas nuevas, pero como plantaciones madereras, verdaderos árboles militarizados, con lógica industrial, todos iguales, como un ejército que espera ser disciplinado por la sierra que llegará inexorablemente: bosques para madera rápida donde ya "no cantan los pájaros".


¿No sabe el dirigente que estas nuevas plantaciones madereras de exportación (con la misma lógica conque inundaron de soja la pampa húmeda) no resuelven ningún problema ecológic, sino que agrava todos?


Finalmente agregó:


"Pero también somos nosotros, los hombres, quienes hemos duplicado, cuadruplicado y quintuplicado la producción de alimentos y hemos entendido impostergable la necesidad de mejorar la calidad material y cultural de los escenarios que habitamos"


Esto es interesante. Es cierto que la Argentina produce alimentos para 300 millones, pero la realidad es que todavía no somos capaces de garantizar la alimentación de los 40 millones que somos. ¿ Qué imagina el dirigente cuando explica a los "escenarios que habitamos"? ¿Está la gente dentro de ellos? ¿Están los pequeños propietarios, los trabajadores rurales, los campesinos del norte, los pueblos originarios, los pueblitos que desaparecen?


En fin, mientras tomaba nota de estas cuestiones, el zapping me llevó al Canal Rural, donde se procedía a la venta del "Gran Campeón Brangus" (Cruza de una raza Indica-Brahaman- y una Inglesa-Aberdeen Angus) y el precio fue de $ 235.000.


Cuando escuché este precio no pude dejar de pensar en los 900.000 peones rurales "en negro" o en los $1300 de bolsillo que se llevan los que tienen la suerte de estar "blanqueados".


Ojalá que en el 2110, a los dirigentes ruralistas que les toque abrir la "cápsula" les pese lo actuado en el Bicentenario, ojalá sientan su responsabilidad de otra manera, ojalá sean menos egoístas, ojalá comprendan que no habrá "decálogo de la esperanza" si no cambian a tiempo.

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