

El sistema de comercializaciòn de granos en la Argentina es mas o menos asì: un primer consignatario que compra la cosecha al productor, un acopiador (generalmente estos dos eslabones son la misma firma), puede haber un segundo acopiador y finalmente las cerealeras que terminan exportando.
Todos estos intermediarios, se quedan con una parte importante de las ganancias, en detrimento de lo que gana el productor.
La idea central del proyecto, es en definitiva que EL ESTADO PARTICIPE EN EL MERCADO. El estado compraria la producción de granos a traves de esta nueva agencia. No toda, sino una parte importante de la misma, asegurarìa el abastecimiento local a precios razonables y exportarìa el resto.
El estado intervendría –segùn el borrador del proyecto- en el mercado de granos. Ese borrador explicita que podrìa “comprar, vender, almacenar y distribuir productos agropecuarios y alimentos por sì o por terceros, para estabilizar precios y garantizar la seguridad alimentaria de la población”
Rapidamente el gorilismo liberal se mostrò sin disimulos. Don Hugo Biolcatti pronosticò que si este proyecto se aplicara “estarìamos ante un escenario de inestabilidad social mas alarmante que el que desencadenò la 125” . Nadie de la "Mesa de Enlace" dijo lo contrario.
Ràpida la derecha recalcitrante para plantear escenarios caoticos, cuando las papas queman, mientras la soja puja por salir del silo-bolsa (entre 7 y 9 millones de toneladas, ya compradas, con retenciones del 35 y ahora esperando que Cristina “ceda” para “hacer la diferencia).
El Primer Peronismo ofrece algunas enseñanzas respecto al tema comercializaciòn al exterior de granos que a la derecha agraria no le hacen ninguna gracia.
Fue Juan Domingo Peron, el que creo un organismo llamado IAPI (Instituto Argentino para la Promoción y el Intercambio), para controlar las importaciones y exportaciones agropecuarias del paìs. El Estado se convertìa en el unico comprador de la cosecha, reemplazando a las multinacionales del cereal, que eran las que hasta ese momento compraban y vendian, quedandose con las ganancias de esta operación. El IAPI hizo que esa “diferencia” entre el precio de compra y el de venta al extranjero, pasara de los “bolsillos” de las cerealeras, a los del Estado Nacional y convertido en su herramienta, a los bolsillos de las mayorías.
Un año después de creado, Peròn da una conferencia en la Federación Agraria Argentina donde dice: “El IAPI, este año, ha ganado 2.000 millones de pesos, que antes se los ganaban ellos, las grandes empresas cerealeras. Yo me explico que no estèn contentos, pero el pueblo si debe estarlo, porque esos 2000 millones que antes iban a parar a Wall Street, Londres, Ámsterdam o Parìs, ahora los repartimos entre nosotros” . Lo aplaudieron a rabiar. ¡¡Bussi, aplaudì.¡¡
Agregò luego: “Si mañana viene mal la cosecha y bajan los precios, suceda lo que suceda, esa es la plata que va a respaldar a los agricultores en la mala, porque fue obtenida por el estado en los buenos tiempos” ¡Otro aplauso Bussi¡ De usted lo esperamos, de nadie mas.
El discurso no tiene desperdicio. La primera parte parece dirigida a Biolcatti; la segunda a los que debieran ser aliados del gobierno y prefieren otro camino.
Esta medida tomada por el gobierno de Peròn en 1946 asestò en aquel momento, un durisimo golpe a las multinacionales del cereal como Bunge y Born y Dreyfus, que antes eran los destinatarios de las ganancias. Nada nuevo bajo el sol.
Las cosas no quedaron en discursos y papeles. El IAPI adquiriò los elementos indispensables para el desenvolvimiento de sus actividades: comprò gran cantidad de locomotoras y vagones, camiones-acoplados, diversos tipos de aviones para el transporte, numerosos buques de carga y diques flotantes.
De las 3.600.000 toneladas que se podian transportar antes del IAPI, se paso a 14.000.000 de toneladas.
El IAPI fijaba un precio base antes que se comenzara con la siembra, permitiendo de esa forma planificar con la seguridad necesaria de que ese precio no bajarìa.
¿Què hizo el estado Peronista con las ganancias obtenidas con el IAPI?
Varias cosas: Garantizò precios base para los cereales , colonizò tierras que antes estaban bajo el règimen injusto del arrendamiento, convirtiendo a sus ocupantes en propietarios y apuntalò a la industria nacional. Fue la època del Tractor Pampa, de la Moto Puma, del Sedàn Justicialista, de la construcciòn de Locomotoras, vagones y hasta aviones nacionales.
Pero lo mas importante, es que este desarrollo industrial garantizò un paìs con pleno empleo.
¿Si hubo errores? Por supuesto, pero lo esencial fue exitoso: El estado garantizaba que la “manguera chorreara para adentro” . Esto y no otra cosa, es lo que hoy se està discutiendo. Por eso Biolcatti (que entiende todo y bien) se pone como loco. Su histeria, es un buen síntoma. ¡Vamos bien¡ ¡Aplaudì Bussi¡